AQUELLOS CARNAVALES... EN ROSARIO

Recurriendo a la tradición oral y a recopilaciones hechas por escritores rosarinos, recompondremos ese cuadro cultural en
 la forma más completa posible.

3) Tiempos de Corsos, Comparsas, Murgas y Candombes

El Corso oficial, se realizaba tradicionalmente en las calles céntricas como, San Luis, Rioja, Córdoba, Santa Fe y la calle del Puerto.

Desde 1878 acudían también los gremios, uniformados, portando estandartes y banderas, y en sus recorridas diurnas visitaban diferentes domicilios y recibían ofrendas florales y se los agasajaba.

2) Las Comparsas y su significado socio-económico.

Había una marcada diferencia entre las “Comparsas” compuestas por gran número de personas que pertenecían a las “Sociedades” reconocidas. Su vestuario era suntuoso, brillantes, con adornos de lentejuelas y eran acompañados por grupos orquestales que tocaban instrumentos musicales verdaderos, con un director de música y de comparsa.

Las comparsas que participaron en 1881 fueron 8 en total prohibiéndose el uso de caricaturas a los políticos, ya que muchas de ellas eran “apoyadas” por los diferentes partidos políticos en pugna.

En sus cánticos hacían los reconocimientos y homenajes a ese sector paternalista patricio que le había permitido ascender a la categoría social a la que pertenecían ahora sus miembros; es decir, ser socialmente aceptados por la elite, aunque a regañadientes. Iban también apoyando al candidato político amigo que les dió una mano para integrar los desfiles oficiales de Carnaval.

En el diario La Capital (6/2/1881) se registran la presencia de las Comparsas: Estrella del Sur, La Republicana, Los Dandis de la época, Los Marinos del Plata, La Infantil, Los Negros, Los Duendes. Eran grupos de personas bien numerosos. Por ejemplo la comparsa “Garibaldina” estuvo compuesta por 45 personas, acompañadas con músicos y canciones. Era un uso muy difundido que estas comparsas estuvieran acompañadas por música ejecutadas por sus propios integrantes.

Otros memoriosos dieron los nombres de comparsas que actuaron en los diferentes Carnavales que se hicieron famosas: “Los Romanos”, “La Muerte”, “Los Pierrots” (vestidos de blanco con botones verdes, otros con botones rojos, de alto cono en su cabeza). El historiador Héctor Zinni agrega que el recordado Cayetano Silva, autor de la Marcha de San Lorenzo, de origen afro-uruguayo, cuando residió en nuestra ciudad era el encargado de preparar comparsas y conjuntos de músicos, dirigiendo el de “Los Descontentos”.

En su libro de “Crónicas...” el historiador Alberto Campazas señaló a la Comparsa “Ilusión de Pierrot” que dirigía el Sr. Covelli y con dos conocidos violinistas de la época, y compuesta por un centenar de participantes.

Lamentablemente el nombre de muchas otras han quedado en el olvido.

Aunque es de lamentar que la prensa rosarina sólo registró la asistencia de las citadas Comparsas de reconocida procedencia, pero nada sobre las Murgas y los Candombes, las otras dos expresiones que tenían presencia efectiva en nuestra ciudad. Es que eran las dos capas sociales: la que existía socialmente y la de las orillas, la marginada, la ignorada.

En nuestra región tres expresiones populares se asociaron a las festividades del Carnaval. Son ellas la Comparsa, la Murga, y el Candombe, especialmente en los lugares donde mayor influencia había habido de europeos y descendientes de africanos. Otro fenómeno diferente ocurrió en las regiones con fuerte presencia de la cultura quechua por influencia en la transculturación del Carnaval europeo y el aborigen.