Una vieja bronca barrial derivó en un homicidio en la zona noroeste

Alejandro Fernández tenía 21 años y vivía a sólo una cuadra de su asesino. Ayer se cruzaron, discutieron y todo terminó mal. Otra muerte violenta en Rosario.

Ecuador y Bielsa. En el pavimento, la sangre de la víctima. (Néstor Juncos / La Capital)

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Claudio Berón / La Capital 

Otra muerte violenta en Rosario. Y aunque se trate de una persona con nombre y apellido, con una historia detrás y con un futuro interrumpido, para las estadísticas es el homicidio número 203 en lo que va del año. Se trata de un joven de 21 años que cayó muerto con un certero disparo en la cabeza en momentos en que estaba discutiendo con un vecino de su misma edad. Sucedió ayer en la tarde en la esquina de calle Bielsa y Ecuador, en la zona noroeste de la ciudad. Según los pesquisas el agresor está identificado ya que conocía a la víctima “de toda la vida”, como comentó un vecino que resultó ocasional testigo del hecho y acotó que “viven a una cuadra de distancia pero siempre se tuvieron bronca”.
  A las 17.30 de ayer Alejandro Fabián Fernández salió de su casa de Einstein al 6800 y caminó por Ecuador. Al parecer, cuando llegó a la esquina con Bielsa, a una cuadra de donde vivía, se topó con un viejo conocido llamado Brian, a quienes varios testigos y vecinos indican como el agresor.
  Los jóvenes discutieron a los gritos hasta que el homicida sacó una pistola y efectuó al menos tres disparos, uno de los cuales fue directamente al cráneo de Fernández, quien cayó muerto en el acto dejando un manchón de sangre sobre el pavimento. Según los testigos, todos vecinos del agresor y de la víctima, tras el crimen Brian subió a un Fiat Uno azul y huyó del lugar antes de que llegara la policía.
  Los uniformados arribaron pocos minutos después y encontraron a Fernández tirado en medio de la calzada. A los pesquisas les llamó la atención que a unos 50 centímetros de distancia del cuerpo estaba tirada una pistola calibre 11.25 y, curiosamente, el mismo Fernández llevaba otra arma de bajo calibre en la cintura.
  El barrio se conmocionó porque los dos muchachos se conocían de siempre. Una mujer que vive muy cerca de donde se cometió el crimen estaba fuera de sí y sólo repetía “es una locura, no puede ser, es una locura”.
  En tanto, en la casa de Einstein al 6800 donde vivía el joven asesinado, su padre sólo tenía palabras de agradecimiento a los vecinos: “Gente, gracias por estar acá, pero vuelvan a sus casa. Voy a velarlo acá así pueden despedirse de él”, explicaba a la muchedumbre que se había acercado a darle el pésame mientras varios amigos de su hijo se le acercaban para contarle el suceso y dónde podrían encontrar al matador. Según trascendió, Alejandro Fernández no tenía antecedentes penales
  Un tío de la víctima comentó que “el arma que se encontró tirada no era de él. Ale tenía una 22 pero la llevaba como defensa personal. Trabajaba en una carnicería y salía temparno con la moto. No quería que le robaran y por eso andaba armado. El muchacho con el que se peleó es hijo de un policía y hace un tiempo se agarraron a trompadas”, contó.
  Las actuaciones recayeron en la comisaría 17ª y la investigación para dar con el paradero del sospechoso la tomó la fiscalía de la Unidad Especial de Homicidios a cargo de Pablo Pinto y efectivos de la Policía de Investigaciones.