Asesinaron de un balazo por la espalda a una mujer en un pasillo de villa Manuelita

Cintia Mariela Flores tenía 36 años y vivía sola. La madrugada de ayer, volvía a su casa tras tomar con unos amigos cuando fue sorprendida de atrás.

El pasillo. El cuerpo de “La Chicha” quedó tendido sobre el pavimento de calle Beruti, donde había estado con amigos. (foto: Celina Mutti Lovera)

"¿Anda a saber por dónde viene todo esto? «La Chicha» era muy servicial. Si un vecino necesitaba algo, ella se ofrecía. Lo único malo es que le gustaba mucho el trago. Y lo único que sabemos es que fue como a las 2.30. Ella caminaba y dos pibes vinieron corriendo de detrás y le dispararon con una bala calada. No dejó una gota de sangre". Así relató una vecina de Beruti entre Presidente Quintana y Biedma la forma en la que fue ejecutada con un balazo en la axila izquierda Cintia Mariela Flores, de 36 años. Como en la mayoría de los crímenes que ocurren en territorios como villa Manuelita siempre hay más de una versión sobre el móvil del hecho. "Acá, amigo, cualquier gil le pega un tiro a cualquier gil", sintetizó otro vecino.

Allegados a la mujer asesinada indicaron como un posible móvil del crimen que La Chicha, como la conocían a Cintia Mariela Flores, no hubiera sido el blanco del ataque sino que trató de mediar para que alguien no resultara baleado. "Ella era muy jarabe de pico (persona que responde airadamente a las agresiones). Por ahí venía uno y atacaba al que estaba con ella y enseguida saltaba boqueando: «Vos qué te creés, que te metés con mi amigo». Y con eso, acá sobra para que te quede la bronca. Vos por ahí vas caminando por la calle y mirás a un pibito porque puede ser el hijo de un conocido o por querer saludarlo, y el loco te clava un «¿por qué me tenés que mirar?». Y ya quedó la bronca", explicó un vecino nacido y criado en villa Manuelita.

Sucesión abierta. Otros habitantes del humilde barrio colocaron como contexto de las balaceras que resurgieron en los últimos meses a lo que denominan en términos legales "la sucesión abierta" en "La banda del puente" (por el puente de hierro de bulevar Seguí al fondo, en el bajo Ayolas), una disputa que nació tras el asesinato en febrero de 2014 de Sergio "Checho" Alcaraz, uno de los hermanos sindicados por distintas investigaciones judiciales como líderes de esa gavilla. Hoy los que se disputarían el liderazgo son el apodado "Miguelito", quien sobrevivió a un ataque de moto a moto en el que recibió un balazo en la cabeza el 7 de marzo de 2012 y que estuvo preso por el homicidio de Gustavo Gabriel Benavente, aunque con el tiempo recibió falta de mérito. Y el otro que disputa el liderazgo es un tal "Cordobés", también conocido con el diminutivo de su apellido que comienza con G. La banda del Puente estuvo históricamente enfrentada con sus pares de "La banda del Tanque" (ubicado en Grandoli y Güiraldes).

Todos los vecinos que aportaron datos para reconstruir esta crónica se refugiaron en el anonimato por miedo. "¿Usted sabe como se manejan las cosas en este barrio? Si ellos lo ven hablando conmigo me van a venir a tirotear la casa. Y no está bueno que eso pase", indicó un vecino. "La sensación es fea, muy fea. Nos tratan como si todos fuéramos un número que sólo somos visibles cuando ese número se activa para la estadísticas de homicidios. Sino, acá no le importamos casi a nadie. Esta es una cuadra en la que la mayoría de la gente es laburante. Y todos tratamos de no quedar con un número en la carpeta de estadísticas de alguien. Un número en la estadística de los homicidios, un número", analizó una vecina.

Lejos de casa. Así las cosas y según se pudo reconstruir con el relato de los vecinos, Cintia Mariela Flores había emigrado de la casa paterna ubicada en Cepeda entre Spiro y Presidente Quintana, en el sudeste rosarino, para residir sola en una vivienda de las inmediaciones de 24 de Septiembre y Beruti. "Ella vivía su vida sola", sintetizó un pariente.

Chicha era prima de dos muchachos que supieron ganarse un lugar en las crónicas policiales. Uno es el apodado "Bondiola", detenido en la pesquisa por el robo de un Volkswagen Bora oficial al entonces ministro de Justicia de la provincia, Héctor Superti, la noche 23 de marzo de 2011. Otro de sus primos era Nicolás Abel Luna, un pibe de 18 años asesinado de tres balazos calibre 9 milímetros, uno de ellos en la boca, la mañana del sábado 20 de agosto de 2011 en Presidente Quintana al 100 bis. Tras el velorio de Luna fueron detenidos por hacer disparos al aire a modo de última despedida cuatro muchachos que andaban en un par de motos. Uno de ellos era Milton Ramón C., quien terminó en la comisaría 16ª.

Un poco tomada. Pero de regreso al presente, ayer a las 2.30 aproximadamente La Chicha estaba tomando con unos amigos a la entrada del pasillo que se abre entre Biedma y Presidente Quintana y que comunica Beruti con Grandoli al 3800. "A ella le gusta tomarse unos tragos. Por ahí ya se venía para acá con dos o tres porrones encima y venía media ladeada, pero era buena piba", graficó una doña. Lo concreto fue que a la hora señalada la mujer salió del pasillo y a poco de caminar fue sorprendida por dos pibes que llegaron corriendo de atrás. Uno de ellos le disparó con una bala calada, según describieron los vecinos. Ese tipo de proyectil se logra cuando a la ojiva se la marca en cruz con un punzón para que al ser detonada la munición se deforme y provoque el mayor daño posible.

La Chicha cayó boca abajo sobre el pavimento, a la altura del ingreso al pasillo por Beruti. Una prima reconoció su cuerpo poco después. "Es de las últimas de esa generación. Fijate que en el barrio casi no hay gente de entre 30 y 35 años. Al que no lo mataron se tuvo que ir a vivir a otro lado", reflexionó un muchacho. Un testigo le indicó a los peritos que la mujer llevaba una cuchilla en la cintura, pero los policías no lograron encontrar ese arma. El crimen es investigado por el fiscal de homicidios Rafael Coria, quien comisionó a la Policía de Investigaciones (PDI) para que trabajara sobre el terreno.