La trama oculta detrás del hecho en el que balearon a un policía en Tablada

Ocurrió el viernes a la tarde cerca de un quiosco de venta de drogas que investigaba Gendarmería. Oscuro pasado del uniformado, que era secretario de un comisario de la seccional 20ª.

Patrullajes. Gendarmería recorre Tablada, donde ocurrió el episodio.

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Fueron las voces de la calle las que orientaron sobre el oscuro incidente en el que el viernes a la tarde un policía rosarino resultó herido por un disparo que le efectuó un gendarme en la esquina de Esmeralda y Presidente Quintana, en el corazón de barrio Tablada y a 50 metros de un quiosco de venta de drogas. “El policía que se baleó con los gendarmes se llama Cristian G. y era secretario de uno de los comisarios de la 20ª cuando en marzo pasado la allanó la Policía Federal. Ahora te toca preguntar a vos”, dijo una voz anónima que se comunicó con la redacción de La Capital ayer a la mañana, bien temprano y dejó la incógnita para que se investigue que podía haber detrás del oscuro hecho del viernes.

   Aquel allanamiento a la 20ª tuvo su réplica en la subcomisaría 24ª y se desarrolló el 25 de abril pasado. Como consecuencia del mismo fue detenido el subjefe de la seccional de Carrasco al 2500, en Empalme Graneros, por su presunto vínculo con una causa de narcotráfico que investiga el juez Federal Marcelo Bailaque. Quien está mencionado en esa misma causa es, paradójicamente, el policía herido el viernes.

Polémica e historia. Los últimos días de la semana pasada fueron intensos en la disputa dialéctica que sostienen el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, y la intendenta de la ciudad, Mónica Fein, por la presencia de fuerzas federales en las calles de la ciudad. Fue después de que unos 50 gremios rosarinos reclamaran al gobierno nacional una mayor presencia de efectivos y de que Berni declarara públicamente que “la ciudad de Rosario sigue siendo la más violenta de Argentina”, lo que despertó una airada respuesta de la mandataria rosarina.

   Con ese telón de fondo de ánimos crispados llegó la tarde del viernes. Y un enfrentamiento entre un gendarme y un policía de la provincia vestido de civil dejó las relaciones bilaterales a punto caramelo.
  Aproximadamente a las 16.30 una dotación de Gendarmería Nacional patrullaba por las inmediaciones de Presidente Quintana y Esmeralda, donde las fuerzas federales tienen bajo observación un puesto de venta de drogas que funciona en el interior de un pasillo. El lugar no era desconocido para los gendarmes. En esa esquina el 20 de junio último una patrulla del Destacamento 3 detuvo a dos personas e incautó cuatro kilos de cocaína, 628 gramos de marihuana, dos pistolas calibre 9 milímetros y municiones.

La voz oficial. Ayer, en tanto, un parte de prensa de Gendarmería precisó que el viernes a la tarde, en el marco del “Operativo Santa Fe”, diseñado por el Ministerio de Seguridad de la Nación, efectivos del Destacamento Móvil 2 mantuvieron un enfrentamiento en Presidente Quintana y Esmeralda. “Los efectivos realizaban un patrullaje preventivo por la intersección de Presidente Quintana y Esmeralda cuando observaron que tres individuos al percatarse de la presencia de los uniformados intentaron darse a la fuga. Uno de ellos portaba un arma de fuego en la cintura (se trataba de un integrante de la policía de Santa Fe vestido de civil). Durante la huida, los gendarmes divisaron que el ciudadano los apuntaba con una pistola calibre 9 milímetros con proyectil en recámara y sin seguro, repeliendo la «amenaza mortal» con el uso de una escopeta con posta de goma y logrando detenerlo. En ese momento, el involucrado le efectuó golpes con el pie a un efectivo de Gendarmería, quien resultó con traumatismo en la pierna izquierda”, reza el parte.

   “Simultáneamente, el resto de los uniformados observaron que los otros dos hombres ingresaron a una vivienda. Allí se acondicionaban 280 gramos de cocaína, 312 gramos de marihuana y 754 gramos de una sustancia presumiblemente de corte. Además, los uniformados corroboraron la presencia de otras seis personas que se encontraban en el inmueble” y fueron detenidas, precisó el parte de Gendarmería que llegó al Juzgado Federal número 4, a cargo de Marcelo Bailaque.

   Fuentes allegadas a la investigación en manos del fiscal de Flagrancia Fernando Sosa (provincial) relataron por su parte que los gendarmes que patrullaban “bajaron y un hombre les apuntó, tras lo cual el agente federal le disparó al pie. Ahí se produjo un forcejeo durante el cual un gendarme también resultó herido en una pierna. Pudieron desarmarlo y otros federales salieron en persecución de los otros hombres que estaban con él en la esquina”, explicó una fuente de la pesquisa.

   Siempre según ese relato, los gendarmes persiguieron a los tres sospechosos a lo largo de 50 metros por un pasillo y finalmente en una construcción precaria donde había otras cuatro personas “se produjo el hallazgo de droga y la detención de estos siete individuos”, explicó el vocero de la causa en manos de la Justicia provincial.

¿Quién es? El policía herido fue identificado como Cristián G., un agente de 30 años que prestaba servicios en una oficina en la Jefatura de la Unidad Regional II de Rosario y que se ocupa de los trámites administrativos correspondientes al otorgamiento de libertades de personas privadas de la libertad. Quedó internado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) bajo custodia de Gendarmería. Los federales le incautaron una credencial de la fuerza de seguridad provincial y su pistola calibre 9 milímetros reglamentaria.

   El fiscal Sosa, en tanto, le dio intervención a la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad provincial y era inminente su pase a disponibilidad, según precisó una fuente del gobierno provincial. El fiscal Sosa, asimismo, analizaba los delitos que le imputaría y que serían lesiones y resistencia a la autoridad (por herir al gendarme). En tanto la Justicia Federal analiza qué temperamento jurídico adoptará con el policía detenido por Gendarmería si es que se descubre que el mismo protegía el quiosco de drogas allanado.

Allanamientos y la acusación del subjefe. La madrugada del pasado sábado 25 de abril fue intensa en el departamento Rosario y más aún en el barrio Empalme Graneros. En el macro de una investigación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), el juez Federal Marcelo Bailaque ordenó una serie de 18 allanamientos entre los que resaltaron los realizados a la seccional 20ª (Carrasco 2500) y la subcomisaría 24ª (Juan José Paso al 2000). El objetivo de la pesquisa era comprobar si personal de las comisarías actuaban en connivencia con Gustavo “El Tuerto” Cárdenas, un hombre en prisión domiciliaria con antecedentes por homicidios e investigado como presunto comercializador de drogas.

   Por aquellos días el agente Cristian G. hacía las veces de secretario de Roberto Q., comisario de la 20ª. En aquel procedimiento, en el que además de la PSA trabajaron efectivos de la Policía Federal, Prefectura Naval y Gendarmería bajo instrucción del fiscal federal Nº 3 Mario Gambacorta, fue detenido el subjefe de la 20ª, subcomisario Jorge Ocampo. El juez Bailaque lo indagó, lo acusó de “confabulación para vender estupefacientes” y lo dejó en libertad afectado al proceso. En su descargo, el subcomisario cargó contra “un subordinado al que desde hace mucho tiempo viene pidiendo que se lo saquen de la comisaría por sus conductas impropias”, según señaló su abogado defensor José Luis Giacometti.

   Según explicaron fuentes policiales ese subordinado mencionado en la investigación es Cristián G., quien fue preventivamente dejado en disponibilidad y posteriormente reincorporado a la oficina en la que trabajaba actualmente en Jefatura.