Nuevos allanamientos por la saga de crímenes en barrio Parque

Nuevos allanamientos por la saga de crímenes en barrio Parque,

 La causa judicial conocida como "los crímenes de barrio Parque" sumó un nuevo capítulo el fin de semana pasado, en ocasión de allanarse los domicilios de algunas de las personas involucradas. Fue en busca de manuescritos que permitan dilucidar una de las mayores incógnitas que rodea la investigación: saber quién realizó las anotaciones que mencionaban a una de las víctimas y que aparecieron en un cuaderno secuestrado en la casa de una mujer que pasó 40 días presa y que recibió la falta de mérito después de que las pericias caligráficas la desvincularan de la pesquisa.

Los operativos, a cargo de la Brigada de Investigaciones, tuvieron como finalidad buscar inscripciones "de puño y letra" de algunos de los involucrados en los casos para cotejarlas con la pericia oficial ya realizada. "La medida se ordenó ante la posibilidad de que esas personas puedan haber modificado sus trazos de su escritura", explicó un vocero judicial.

 Los procedimientos se realizaron en los domicilios de Martín Santoro, detenido y procesado por los tres crímenes; sus hermanos Federico y Cristian, quienes recibieron la falta de mérito y están en libertad; en la tardicional verdulería de ellos, en Francia y Riobamba; en la casa de Natalia Luchetta, empleada de los Santoro y también con falta de mérito; en las de Matías Masoni y José Maroto, ambos acusado por encubrimiento agravado; y en la de un sobrino de Alicia Pierpaoli, la mujer detenida durante 40 días y desligada recientemente de la causa. Este último hombre no llegó a estar imputado formalmente de los crímenes.

La documentación encontrada en los procedimientos será analizada por peritos calígrafos de Tribunales para cotejarlas con la libreta de anotaciones secuestrada en la casa de Alicia Pierpaoli el 12 de junio pasado. En esa libreta alguien escribió el nombre de una de las víctimas fatales, Concepción Lavore, y el domicilio de esa mujer. También en la agenda aparecía la leyenda "la chica de la verdulería", en referencia quizás a Natalia.

Esos apuntes, descubiertos en la vivienda de quien era vecina y amiga de los Santoro, fueron determinantes para que la mujer quedara detenida como sospechosa. Aunque 40 días después, la jueza María Luisa Pérez Vara le dictó falta de mérito y ordenó su libertad. Idéntica suerte corrieron los hermanos Federico y Cristian Santoro y su empleada Natalia Luchetta. Claro que la resolución de la magistrada fue anterior a que se realizara la pericia caligráfica sobre las anotaciones.

La pregunta que sigue haciéndose la Justicia es quién escribió el nombre de Concepción Lavore en la libreta hallada en casa de Pierpaoli. "La libreta no se escribió sola ni las llamadas desde esa casa a lo de la víctima se hicieron solas", manifestó a La Capital Patricia Guzmán, defensora de Pierpaoli, al referirse a las comunicaciones entrantes y salientes entre el teléfono de su clienta y el de la víctima.

A pesar de los dictámenes de la jueza Pérez Vara y de los pedidos de recusación hacia la magistrada, que fueron rechazados, la causa aún se encuentra en discusión porque tanto los defensores de Martín Santoro como los de Masoni y Maroto, y el fiscal Esteban Franichevich, apelaron las medidas. Los letrados pidieron el sobreseimiento de sus clientes mientras que el representante del Ministerio Público se opuso a las faltas de mérito ya otorgadas.

Santoro está preso y procesado como autor de los homicidios de Concepción Lavore, ocurrido en su casa de Suipacha 2124 el pasado 19 de febrero; el de Susana García de Giménez, en su vivienda de Riobamba 3036 el 27 de mayo; y el de José Savini, en su domicilio de Zavalla el 13 de mayo. Sin embargo, sus abogados apelaron esos procesamientos y la Cámara aún no se expidió.

Se abstuvo el principal imputado

Martín Santoro, procesado por los crímenes de dos mujeres en barrio Parque y el de un anciano locutor de Zavalla, volvió ayer a estar ante la jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara. La magistrada tenía la intención de que aportara más datos o respondiera nuevas preguntas que surgieron en estos últimos meses relacionadas con uno de esos crímenes. Sin embargo, y aunque el requirimiento de la magistrada no significara un agravamiento de la imputación que ya pesa sobre el muchacho, éste se abstuvo de declarar y regresó a su lugar de detención.