Detenido por doble crimen en Diamante estuvo con Pimpi la noche de su muerte

La Unidad Regional II confirmó ayer que el rosarino acusado de matar a dos policías en Diamante el domingo pasado estaba con Roberto Pimpi Camino la noche que lo asesinaron y que fue uno de los que lo trasladó agonizante al hospital Carrasco.

La persona que está imputada del homicidio de los dos suboficiales en la ciudad entrerriana se llama Julio Ricardo Ferreyra
y tiene 26 años.  Cuando oficiales de la Agrupación Unidades Especiales de Rosario recibieron su fotografía, remitida por la policía entrerriana, advirtieron un parecido físico indudable con alguien que dijo llamarse Alejandro Gabriel Maluh. Este individuo, apodado Porteño, acompañaba a Camino la madrugada que fue asesinado, el 19 de marzo último, a las puertas del boliche Ezeiza de Servando Bayo al 1400.

   Al ver el retrato de Ferreyra los policías locales recordaron a Maluh y no dudaron de que se trataba de la misma persona. Maluh estuvo declarando como testigo el día del crimen de Camino. Dijo que estuvo sentado a una mesa a seis metros de donde asesinaron a Pimpi. Y que fue uno de los que lo llevó al hospital Carrasco.

   Cuando lo fichó la policía de Rosario este testigo del crimen de Camino dijo llamarse Alejandro Gabriel Maluh, ser soltero, haber nacido el 23 de noviembre de 1986 y ofreció dos domicilios.

   Todo aparenta ser falso menos un dato significativo: hizo constar que el nombre de su madre era Elida Leonor S. Y así se llama la madre de Julio Ricardo Ferreyra, una mujer que vive en Diamante y aportó información decisiva para la detención de su hijo.

   La Jefatura de Rosario hizo un cotejo de las fichas dactiloscópicas que le tomaron a Ferreyra el miércoles pasado cuando fue detenido en la zona de islas frente a Diamante. Estas huellas coinciden con las registradas en el prontuario que Ferreyra tiene bajo ese nombre en Rosario. Ese expediente, como informó ayer La Capital, indica que Ferreyra es de barrio Las Flores de Rosario y que tenía tres pedidos de captura pendientes.

   “Seguramente por esa razón cuando vino acá como testigo de la muerte de Pimpi dio un nombre falso”, señaló ayer un oficial superior de Jefatura.

   Para los investigadores de la Unidad Regional II, Maluh y Ferreyra son la misma persona. Y responden a un mix de apodos entre los que están Chueco, Tito, Ricardito o como se hacía llamar en Rosario: Porteño.

La conexión. El Porteño fue uno de los primeros demorados en la causa. Mucho antes de la detención de personajes otros personajes que en principio fueron acusados de encubrimiento. En la puerta del hospital Carrasco, a donde fue llevado el cuerpo ya sin vida el ex líder de la barra rojinegra, el entorno de la familia Camino acusó directamente al Porteño por su llamativa falta de reacción ante los matadores de Pimpi.

   Según pudo reconstruir la policía rosarina, el Porteño se conectó con Roberto Camino durante los 73 días que estuvo prófugo de la Justicia por los destrozos ocasionados en la sede de Newell’s el 26 de enero de 2009. Pimpi sería detenido en Capital Federal el 9 de abril del mismo año y por esto resultó condenado a ocho meses de prisión. “En el entorno del Pimpi al Porteño le tenían miedo porque se promocionaba como sicario diciendo que en Buenos Aires había matado a un policía”, explicó un vocero consultado que conoce los pasillos del barrio Municipal de Lamadrid 98 bis, donde históricamente vivió Pimpi. Cuando Maluh estuvo declarando como testigo del asesinato de Camino fijó domicilio en la casa del Fonavi donde solía vivir Pimpi. Cuando tiempo después el juez Javier Beltramone lo citó al avanzar la causa del homicidio nunca fue localizado.

Señalado en la rueda. Entretanto, en el marco de la pesquisa del crimen de los policías, ayer se registró una rueda de reconocimiento. Según Marcos Rodríguez Allende, abogado querellante de la familia de uno de los policías asesinados, la ronda fue lapidaria para Ferreyra: varios de los nueve testigos lo señalaron sin vacilar como la persona que estuvo presente en la escena del crimen.

   A Ferreyra le atribuyen el asesinato de los policías Marcelo Omar Muñoz, de 25 años, y Elio Alejandro Zárate, de 43, ocurrido en la zona céntrica de la ciudad ubicada a 130 kilómetros de Rosario y a 50 de Paraná. Según Rodríguez Allende, representante legal de la familia del cabo Muñoz, los testigos apuntaron a Ferreyra, aunque no de manera unánime.

   La medida que complica a Ferreyra representa al mismo tiempo un alivio para Mauro Ramón R, un rosarino de 32 años que había sido detenido inicialmente y señalado como ejecutor del asesinato de los policías. La posterior detención de Ferreyra y la misma imputación significó un enredo mayúsculo para la policía entrerriana que había señalado, incluso a este diario, tener evidencia abrumadora contra Mauro Ramón R.

   “El fiscal va a tener que comenzar paralelamente las tareas administrativas con fines de deslindar responsabilidades en forma y manera que se llega a dar contra la persona de Mauro Ramón R., dijo anoche Rodríguez Allende al diario Uno de Paraná.

   “Evidentemente fue un acto extremadamente irregular. El juez de Instrucción —Jorge Barbagelata Xavier— se encuentra realmente dolido por esta primera hipótesis y detención ya que le han hecho cometer un error”, agregó el abogado.

   Fuentes judiciales consignaron además que el viernes una persona compareció espontáneamente en el tribunal que investiga el caso. Dijo allí que estuvo con Ferreyra poco después de las ejecuciones. Esta persona, que actuará como testigo, aportó elementos que complican al imputado.

Requerimiento

La Unidad Regional II se propone requerir que Julio Ferreyra comparezca en el marco de las investigaciones del homicidio de Roberto “Pimpi” Camino. Alejandro Maluh, su presunto alter ego, había declarado como testigo el mismo día del hecho. Pero cuando desde el juzgado de Instrucción Nº 9 lo citaron para ampliar sus dichos nunca fue hallado.