Protesta por un brutal séxtuple crimen que aún sigue impune

RECLAMO. LOS PADRES DE HUGO REID, CON LA
 FOTO DE SU HIJO ASESINADO. (Foto: Archivo)

A TRECE AÑOS DE LA MASACRE DE "LA PAYANCA", EN GENERAL VILLEGAS. 

A trece años del séxtuple homicidio de la estancia La Payanca, familiares y allegados de las víctimas marcharon ayer por General Villegas y reclamaron que el gobernador bonaerense, Felipe Solá, cumpla su promesa de reactivar la investigación sobre los crímenes. En abril del año pasado Solá recibió a los familiares. "Nos atendió muy bien y dijo que se iba a comunicar con nosotros, pero desde aquella vez nunca tuvimos respuesta; hasta ahora estuve esperando que cumpliera su palabra, pero no pasó nada", aseguró Esther Luzuriaga, madre de Hugo Reid, una de las víctimas. 

La masacre de La Payanca fue descubierta el sábado 9 de mayo de 1992, cuando la Policía entró en la estancia y encontró los cadáveres de la dueña, María Esther Etcheritegui (46), de su hijo José Luis Gianolio (22), de su pareja, Alfredo Forte (49), de los peones Eduardo Gallo (22) y Hugo Reid (21) y el de un linyera, de quien mucho después se supo que se llamaba Francisco Luna. Los cuerpos estaban en estado de descomposición —se estimó que la matanza ocurrió entre el 1� y el 2 de mayo— y tenían signos de haber sido golpeados con brutalidad. 

Los seis habían recibido un tiro de gracia en la nuca. La hipótesis policial inicial fue que los asesinos eran ladrones que buscaban 50 mil pesos que supuestamente había en la estancia, y que habían torturado a las víctimas para que les dijeran dónde estaban. Se le encargó el caso a la Brigada de Investigaciones de San Justo, a cargo del comisario Mario Chorizo Rodríguez, e integrada por Osvaldo Seisdedos, actual director general de Investigaciones de la Bonaerense. Un mes después, Rodríguez anunció la resolución del caso con la detención de cuatro hombres. 

Los sospechosos pasaron 7 meses presos, pero denunciaron que habían sido torturados con golpes y electricidad. Fueron sobreseídos. "Agarraron a cualquier imbécil y lo llevaron preso para calmar el reclamo popular", afirmó Luis Correa, defensor de uno de ellos. La madre de Reid dijo que se siente "muy triste; nadie sabe nada, estamos como el primer día; a medida que pasan los años me caigo un poco más".