Polifacético, todoterreno. Es cirujano, abogado, campeón de karate, alpinista y buzo táctico. Radiografía del hombre que lidera el operativo de pacificación de la ciudad.
Polifacético, todoterreno, pero por sobre todas las cosas una "rara avis" de la política. Sus colaboradores aseguran que los fines de semana "pasa largas horas pensando mientras corta el césped". Duerme poco y muchas veces, en sus incursiones al interior del país, elige hacerlo en un motorhome en vez de en un hotel. En Capital se mueve en moto y practica tiro en el polígono de la Policía Federal. En su despacho se distingue una foto junto a Néstor Kirchner tomada hace 25 años. Y a metros del escritorio tiene un catre militar donde durmió las noches previas al operativo que encabezó en Rosario el 9 de abril. Sergio Berni, secretario de Seguridad de la Nación, un personaje con todas la letras.
Es médico cirujano, abogado, militar, entrenador y campeón de karate, alpinista distinguido, buzo táctico, y a los 52 años está a punto de convertirse en padre.
Es candidato a integrar el comité ejecutivo de Interpol y vicepresidente del Senado bonaerense. Tiene línea directa con la presidenta, con quien habla varias veces al día. No le tiene miedo a las declaraciones de alto voltaje. En las últimas horas soltó una frase que lo pinta de pies a cabeza: "Una cosa es filosofar y otra estar en la trinchera".
En el último mes, su presencia en Rosario fue una constante. El 9 de abril, más de dos mil uniformados desembarcaron y realizaron 67 allanamientos en búnkers de droga. El cielo rosarino se llenó de helicópteros y desde entonces la presencia en los barrios Gendarmería y Prefectura es parte del paisaje cotidiano.
Al frente del operativo estuvo Berni. Llegó con su inconfundible vestimenta "de fajina": borceguíes, jeans y camisa de tela térmica. En menos de un mes visitó la ciudad en cuatro oportunidades "visibles", pero el mismo le confiesa a LaCapital que vino de incógnito "unas tres veces más, de madrugada, para recorrer los barrios y corroborar que todo esté bien".
Nació en Capilla del Señor, provincia de Buenos Aires, un 3 de febrero de 1962. Se recibió de médico e hizo su residencia en el Ejército, llegando al grado de teniente coronel.
Los orígenes K. Conoció a los Kirchner en 1989, cuando Néstor era intendente de Río Gallegos.
El Ejército lo había enviado a Rostenpek, un pueblo al sur de Santa Cruz.
En 1991, cuando Néstor ya era gobernador de esa provincia, lo puso al frente del Hospital Veintiocho de Noviembre.
Su relación con el matrimonio Kirchner se acrecentó y cimentó una profunda amistad.
En 2003 estuvo junto a Alicia Kirchner en el Ministerio de Desarrollo Social.
En 2006 llegó a Rosario tras los efectos devastadores del granizo.
En 2011 fue electo senador bonaerense y vicepresidente de la Cámara alta, ahora con licencia. Al poco tiempo fue nombrado secretario de Seguridad.
Detalles íntimos. Los detalles del desembarco de las fuerzas federales en Rosario pintan a Berni de cuerpo entero.
En su oficina de Paseo Colón al 500, en Capital Federal, hizo colocar un catre militar. Allí pasó varias noches preparando el operativo.
Poco reacio a ventilar aspectos de su vida íntima, admite que sigue al pie de la letra los hábitos castrenses: levantarse al alba, a veces dormir una siesta y prolongar la actividad hasta entrada la noche.
Antes de asumir el cargo de secretario de Seguridad se recibió de abogado. Como entrenador de karate vivió en Estrasburgo (Francia). Y desarrollando esa actividad hasta ganó un campeonato en Japón. Es experto en esquí sincronizado y buzo táctico. Frecuenta el polígono de tiro de la Policía Federal para practicar su puntería con armas de fuego.
Sus costumbres los fines de semana, cuando generalmente se baja un cambio, también son pintorescas.
"Camina todo el tiempo, se pasa el fin de semana caminando, cortando el pasto. Dice que le sirve para pensar", revela alguien de su entorno.
Aseguran que no tiene auto caro, que cultiva la austeridad y en Capital se mueve en moto para achicar los tiempos de viaje en medio del caos del tránsito.
Es candidato a delegado del Comité Ejecutivo de Interpol (cuya sede es Lyon, Francia), pero nadie descarta su futuro en la política argentina. "Ojo que sigue siendo senador con goce de licencia y es vice del Senado bonaerense. Tiene un armado con diputados, intendentes y concejales", aclara una fuente con estrecha llegada al funcionario.
El diálogo con la presidenta Cristina Fernández no tiene filtros para Berni. "Habla todos los días y varias veces al día con ella", ejemplifica la misma fuente.
Hoy, a los 52 años, está a punto de convertirse en padre y sueña con dejarle un país mejor a su hijo.
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Carlos