Extraño crimen en el barrio de la Carne. Para familiares de la víctima se trató de un intento de asalto pero los agresores, que iban en moto, huyeron sin robar nada.
Eduardo Caniglia / La Capital
Ayer a la mañana Damián Peralta regresaba caminando desde un supermercado hasta su casa del barrio de la Carne donde había hecho compras para el asado familiar del Día de la Madre. Pero cuando estaba llegando a una esquina fue emboscado por dos motocicilistas de los cuales uno le disparó un balazo que le perforó el pecho. Al cierre de esta edición, los investigadores judiciales no habían determinado en forma fehaciente el móvil del crimen.
“Puede ser que se haya resistido a un intento de robo”, explicó el fiscal de Homicidios Florentino Malaponte. Sin embargo, otra teoría del hecho, según el responsable de la acusación, sitúan los posibles motivos un conflicto interpersonal.
Lo concreto es que los agresores no le robaron nada. En el suelo quedaron tiradas, junto a su billetera, las bolsas del súper con una bolsa de carbón, botellas y latas de tomates.
Dos teorías. Pasadas las 9.15 de ayer Peralta, un ex operario del frigorífico Paladini, salió de un supermercado situado en San Martín y Rui Barbosa. En sus manos cargaba las bolsas con las compras. El muchacho de 35 años comenzó a recorrer caminando las cinco cuadras que lo separaban de su departamento del tercer piso de un complejo Fonavi de Melincué 6206, en el cruce con Battle y Ordóñez.
Cuando caminaba por Sadi Carnot al 600, a metros de Battle y Ordoñez —enfrente de los edificios Fonavi— aparecieron en escena dos hombres que, según un vecino, se movilizaban en una moto Suzuki azul de 100 centímetros cúbicos.
A partir de este momento el relato se bifurca. Familiares de Peralta señalaron que el hecho se desató por un intento de robo, pero una testigo dijo que no hubo una escena previa al ataque que sugiera que los atacantes hayan intentado asaltar a la víctima.
“Estábamos por tomar unos mates con mi hija cuando vimos que venían estos chicos en una moto. El muchacho venía caminando. Parecía que los tipos estaban hablando con la víctima y no vi que hubiera un forcejeo. En ese momento le metieron el tiro. Se subieron a la moto y se fueron”, explicó Claudia, que atiende un puesto de venta de flores en Sadi Carnot y Battle y Ordóñez.
Lo concreto es que uno de los motociclistas, desde una corta distancia, abrió fuego con una pistola calibre 9 milímetros y uno de los proyectiles atravesó el pecho de Peralta. El hombre se derrumbó en un sendero de césped de la vereda impar de Sadi Carnot al 600 y en segundos falleció mientras los agresores se esfumaban por esa misma calle en dirección al sur. En la escena del incidente, los efectivos de la Policía Científica encontraron una vaina calibre nueve milímetros.
Tranquilo. Ayer a la mañana, en la escena del crimen, el fiscal Malaponte señaló que debía “chequear las cámaras de video del supermercado donde Peralta realizó las compras y la de un domo de la Municipalidad situado en la avenida San Martín”.
Al ser consultados sobre si era posible que la víctima haya sido seguida desde el supermercado por sus homicidas, el fiscal respondió: “Ningún testigo hizo referencia a esa circunstancia. Los testigos vieron el momento del disparo y la huida”.
Peralta vivía con su esposa, la beba de tres meses de la pareja y sus padres en un departamento del complejo Fonavi. “Evidentemente fue un robo porque era un pibe que no tenía problemas con nadie. Solamente salía para hacer los mandados”, afirmó la cuñada.
Además del fiscal, que indicó que Peralta “era un muchacho tranquilo y no tenía ningún conflicto”, algunos vecinos coincidieron con esos dichos. “Era un pibe que no tomaba ni salía de noche. Los padres son ejemplares. No tiene sentido lo que han hecho. Era el único hijo y qué regalo recibió la madre en su día”, comentó un hombre cincuentón.
Cerca del mediodía de ayer, efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) que llegaron en dos móviles recorrían la zona en busca de rastros de los agresores de Peralta. También era muy visible una mancha de sangre en la vereda donde el hombre asesinado recibió el balazo mortal.
“Puede ser que se haya resistido a un intento de robo”, explicó el fiscal de Homicidios Florentino Malaponte. Sin embargo, otra teoría del hecho, según el responsable de la acusación, sitúan los posibles motivos un conflicto interpersonal.
Lo concreto es que los agresores no le robaron nada. En el suelo quedaron tiradas, junto a su billetera, las bolsas del súper con una bolsa de carbón, botellas y latas de tomates.
Dos teorías. Pasadas las 9.15 de ayer Peralta, un ex operario del frigorífico Paladini, salió de un supermercado situado en San Martín y Rui Barbosa. En sus manos cargaba las bolsas con las compras. El muchacho de 35 años comenzó a recorrer caminando las cinco cuadras que lo separaban de su departamento del tercer piso de un complejo Fonavi de Melincué 6206, en el cruce con Battle y Ordóñez.
Cuando caminaba por Sadi Carnot al 600, a metros de Battle y Ordoñez —enfrente de los edificios Fonavi— aparecieron en escena dos hombres que, según un vecino, se movilizaban en una moto Suzuki azul de 100 centímetros cúbicos.
A partir de este momento el relato se bifurca. Familiares de Peralta señalaron que el hecho se desató por un intento de robo, pero una testigo dijo que no hubo una escena previa al ataque que sugiera que los atacantes hayan intentado asaltar a la víctima.
“Estábamos por tomar unos mates con mi hija cuando vimos que venían estos chicos en una moto. El muchacho venía caminando. Parecía que los tipos estaban hablando con la víctima y no vi que hubiera un forcejeo. En ese momento le metieron el tiro. Se subieron a la moto y se fueron”, explicó Claudia, que atiende un puesto de venta de flores en Sadi Carnot y Battle y Ordóñez.
Lo concreto es que uno de los motociclistas, desde una corta distancia, abrió fuego con una pistola calibre 9 milímetros y uno de los proyectiles atravesó el pecho de Peralta. El hombre se derrumbó en un sendero de césped de la vereda impar de Sadi Carnot al 600 y en segundos falleció mientras los agresores se esfumaban por esa misma calle en dirección al sur. En la escena del incidente, los efectivos de la Policía Científica encontraron una vaina calibre nueve milímetros.
Tranquilo. Ayer a la mañana, en la escena del crimen, el fiscal Malaponte señaló que debía “chequear las cámaras de video del supermercado donde Peralta realizó las compras y la de un domo de la Municipalidad situado en la avenida San Martín”.
Al ser consultados sobre si era posible que la víctima haya sido seguida desde el supermercado por sus homicidas, el fiscal respondió: “Ningún testigo hizo referencia a esa circunstancia. Los testigos vieron el momento del disparo y la huida”.
Peralta vivía con su esposa, la beba de tres meses de la pareja y sus padres en un departamento del complejo Fonavi. “Evidentemente fue un robo porque era un pibe que no tenía problemas con nadie. Solamente salía para hacer los mandados”, afirmó la cuñada.
Además del fiscal, que indicó que Peralta “era un muchacho tranquilo y no tenía ningún conflicto”, algunos vecinos coincidieron con esos dichos. “Era un pibe que no tomaba ni salía de noche. Los padres son ejemplares. No tiene sentido lo que han hecho. Era el único hijo y qué regalo recibió la madre en su día”, comentó un hombre cincuentón.
Cerca del mediodía de ayer, efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) que llegaron en dos móviles recorrían la zona en busca de rastros de los agresores de Peralta. También era muy visible una mancha de sangre en la vereda donde el hombre asesinado recibió el balazo mortal.
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