Murió otro preso en el Heca, la tercera víctima del confuso incidente del viernes en Jefatura
Miguel Angel Saboldi murió el viernes, ayer falleció Guillermo Benavente y esta mañana Darío Escobar, tras el confuso incidente entre presos en la Alcaidía Mayor de la UR II de la policía santafesina en Rosario.
Otro preso, Darío Escobar, de 30 años, falleció esta mañana cerca de las 9 en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, a causa de las graves quemaduras sufridas, convirtiéndose así en la tercera víctima fatal del confuso incendio desatado el viernes tras un enfrentamiento entre reclusos en la Alcaidía Mayor de la Unidad Regional II de la policía santafesina en Rosario.
Guillermo Benavente, de 32 años, había muerto ayer a las 6 tras soportar quemaduras en el 95 por ciento de su cuerpo y Miguel Angel Saboldi, de 35 años, el mismo viernes en los incidentes
En tanto había ocho heridos que aún continuaban internados en distintos centros asistenciales rosarinos.
Los incidentes ocurrieron poco antes del mediodía de ayer en el pabellón 3, donde se alojan unos cuarenta internos que protagonizaron una reyerta entre dos grupos.
La situación se agravó con la quema de colchones y como consecuencia del enfrentamiento resultó muerto Miguel Angel Saboldi, de 35 años, mientras otros diez presos sufrieron heridas
Desde ocurrido el hecho las versiones sobre cómo se originó fueron disímiles: para la esposa y los hijos de Saboldi fue un asesinato por encargo, en tanto el defensor general de la provincia, Gabriel Ganón, no descartó hipótesis en el oscuro episodio que sigue siendo intensamente investigado y para el cual es determinante el resultado de las autopsias que se realizan en el Instituto Médico Legal por orden de la jueza María Luisa Pérez Vara.
Saboldi, conocido como “Japo”, había sido detenido ocho días atrás junto a otras cinco personas en una chacra de la zona rural de Alvear en la cual se secuestraron 19 kilos de drogas y varias armas.
En el lugar donde se produjo el enfrentamiento se incautaron 15 facas que habrían sido utilizadas en la revuelta.Las paredes del pabellón quedaron totalmente cubiertas de tizne y hollín por el incendio, que fue sofocado por dos dotaciones de Bomberos.
Un centenar de familiares de los presos se presentó a las puertas de la Alcaidía para interiorizarse por el estado de salud de los internos y saber a qué lugares fueron trasladados los heridos.
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