Lo mataron de un balazo en medio de una gresca barrial

Fue la madrugada de ayer en el sudoeste de la ciudad. El origen de la pelea sería el robo de un celular. 

"Mirá, lo único que sabemos es que acá atrás, en las quintas, anoche se estuvieron tiroteando. ¿Qué, mataron a un tipo? La verdad es que a esta zona le hace falta un destacamento policial". La frase de una vecina de Espinoza al 5900 sirvió para contextualizar el escenario donde ayer a la madrugada fue asesinado de un balazo en el pecho Sergio Rafael Yedro, de 26 años y domiciliado en la villa La Lagunita. Fuentes allegadas a la pesquisa, en manos de la jueza de Instrucción Mónica Lamperti, calificaron el episodio de "confuso" e indicaron que Yedro "murió en el contexto de una gresca en la que participaron varias personas y cuyo origen es poco claro". A la misma hora en que Yedro ingresó agonizante al hospital Carrasco, otro muchacho fue asistido por haber sido víctima de una golpiza y en el Hospital de Emergencias un hombre ingresó con una mano al borde de la amputación al ser víctima de un machetazo. Todos llegaron de la misma zona, lo que alimenta la idea de la gresca. 

Confuso es la palabra que más se utilizó al hablar del asesinato de Sergio Rafael Yedro. Todo transcurrió a las 3 de la mañana en una zona de quintas ubicada en la calle Espinoza, prolongación de Dr. Riva o Centeno, al 6000. Una calle de tierra que conduce a las entrañas de la villa La Lagunita y los confines del barrio Toba, en la zona sudoeste de la ciudad. Sobre esa tierra había un reguero de sangre de unos 250 metros de extensión. ¿Esa sangre era de Yedro? Incomprobable, aunque daba una idea de que en el lugar hubo una pelea con varios participantes. Yedro recibió un balazo en el pecho y otro en una pierna. Fue trasladado al hospital Carrasco, donde murió a los pocos minutos. Quizás esa fue la única certeza que tuvo la investigación del crimen, al menos hasta el cierre de esta edición. 

Por un celular. De acuerdo a lo que pudieron recabar los investigadores, la noche de jueves a viernes fue de alto voltaje al sudoeste del cruce de bulevar Seguí y Rouillón. A partir del robo de un teléfono celular, varios de los chicos del Fonavi se movilizaron en lo que, al menos por lo confiado por fuentes de la pesquisa, fue "una cacería de los ladrones". En la zona de La Lagunita, los que estaban movilizados sin conocer la razón del por qué eran los reconocidos Paraguayos. Y en la zona de Espinoza al 6000 confluyeron integrantes de una tercera facción que los voceros no lograron identificar. Uno de los portones de ingreso a una de las quintas fue el escenario de una buena parte de la gresca que transcurrió en medio de la luz de la luna y los relámpagos de la tormenta que pasó de largo por Rosario. El campo de batalla se prolongó por unos 250 metros, siempre tomando como referencia el reguero de sangre antes descripto.

Los voceros confiaron que los familiares de Yedro indicaron que el muchacho vivía en el Pasaje 1870 al 4000, a la misma altura de calle Rouillón y al este de esta calle. La casa ayer estaba completamente cerrada y los vecinos indicaron que allí vivía un hermano de Yedro, pero no Sergio. Además indicaron el lugar de la gresca, "cerca de donde el muchacho vivía con los padres". Fuentes de la pesquisa indicaron que uno de los hermanos del difunto, que presentaba varias heridas cortantes en los brazos e inclusive cortes similares a los que provocan los perdigones, indicó que él no había participado en la disputa y que no sabía cómo había muerto su hermano. Con las horas, los efectivos policiales podrán ir confeccionado el puzzle de datos sueltos que quedaron sobre la mesa tras la muerte del muchacho. Investiga la comisaría 19ª y la jueza de Instrucción Mónica Lamperti.