"Las pruebas contra el detenido por el doble crimen son abrumadoras"

La casa de sepelios de Diamante donde velaron a los policías Elio Muñoz y Marcelo Zárate, quienes fueron sepultados ayer. El único apresado por los asesinatos será sometido a una prueba de ADN. (foto: Uno de Entre Ríos).

“Estamos convencidos de que las pruebas que hemos arrimado son contundentes, abrumadoras,  y colocan al detenido en el escenario de los hechos”, dijo ayer a La Capital el director de Investigaciones de la policía entrerriana, Carlos Shmunk, sobre la situación del rosarino de 32 años detenido por el crimen de dos policías de Diamante. Para la fuerza, las evidencias que lo comprometen son firmes y citan, entre otras, que una de las víctimas mencionó al sospechoso antes de morir. Sin embargo, desde los despachos judiciales tratan el tema con cautela ya que la prueba de dermotest practicada al sospechoso resultó negativa y se aguardan los resultados de otras pericias.

El acusado de matar al cabo Elio Alejandro Muñoz, de 25 años, y al cabo primero Marcelo Omar Zárate, de 43, será indagado hoy por el delito de homicidio calificado por la condición de empleados de seguridad de las víctimas. Los familiares de los policías se presentarán como querellantes en el juzgado a cargo de Jorge Barbagelata Xavier y requerirán que acusen al imputado de haber actuado con alevosía. Las dos figuras prevén prisión perpetua.

Mauro Ramón R., el acusado, está detenido en la Unidad Penal I de Paraná. La prueba de parafina realizada para establecer si tenía restos de pólvora en sus manos fue negativa. De todos modos, se trata de una pericia cuyo resultado puede variar, por ejemplo, al lavarse las manos. Los investigadores planeaban examinar además la ropa del sospechoso.

También estaba pendiente una prueba de ADN para comparar sus rasgos genéticos con dos cabellos hallados en una campera con manchas de sangre que se encontró a dos cuadras del lugar del ataque.

Muñoz y Zárate fueron asesinados a las 3.10 del domingo en el centro de Diamante, a 130 kilómetros de Rosario, cuando intentaron identificar a un hombre que caminaba con un bolso. Zárate bajó de la patrulla sin portar el arma y el desconocido le efectuó dos disparos, uno en una pierna y otro en el cuello que le provocaron la muerte en el acto. Muñoz alcanzó a descender del auto y entonces el agresor le descerrajó dos disparos calibre 9 milímetros en la zona costal izquierda. Murió a poco de llegar al hospital.

El atacante escapó corriendo y arrojó un bolso en el que se encontró medio kilo de marihuana, una tarjeta de crédito, varias balas 9 milímetros y un par de anteojos.

Veinte minutos después, en el barrio Los Talas, la policía detuvo a un rosarino que estaba de visita en la casa de su hermana. El mismo sujeto había sido apresado un día antes por el arrebato de una mochila, aunque quedó en libertad porque la acusación era menor y no tenía antecedentes en la provincia de Entre Ríos. Fuentes de la policía entrerriana dijeron que tenía prontuario en Rosario por daño y lesiones.

“Hay testimonios que lo señalan, incluso de un familiar, los testigos presenciales dieron las pautas de su fisonomía y aparte existe una manifestación del agente Muñoz en su agonía”, indicó Schmunk a este diario. Según el efectivo, el joven cabo había visto a R. mientras éste estuvo detenido en la alcaidía de la Jefatura local. El sábado a la tarde era el único preso en ese penal, de donde se fue a las 20. Por eso, al parecer, pudo señalar a sus colegas que lo había herido “el rosarino”.

“El funcionario Muñoz se encontraba lúcido, balbuceante, y pudo brindar características del agresor”, dijo por su parte el comisario inspector Ricardo Frank, jefe de la policía departamental de Diamante.

El video. Los investigadores hallaron en el bolso tres huellas dactilares incompletas que planeaban comparar con las del detenido. Un video registrado en la cinta de seguridad de una farmacia frente a la cual ocurrió el doble crimen registró a un sujeto caminando de espaldas a la cámara que cruza de vereda, pero la secuencia del ataque no se observa con nitidez porque la obstruye un cartel. Según Schmunk, la ropa que llevaba el individuo coincidiría con la que vestía R. al ser detenido.

A esto se suma la declaración en sede policial de la novia de un primo del sospechoso, quien contó que al llegar esa noche a la casa de su familia el muchacho dijo: “Me mandé una macana”. De todos modos, en el juzgado analizan el caso con prudencia ya que restan medidas, el dermotest fue negativo, no se secuestró el arma y falta judicializar testimonios.

Los restos de los efectivos fueron sepultados ayer a la tarde en el cementerio de Diamante, acompañados por un cortejo de unas 3 mil personas. “Este es un hecho que afectó a toda la comunidad diamantina, que no está acostumbrada a este grado de violencia”, dijo tras el sepelio el comisario Frank.