Acribillaron a tiros a un pibe en otro hecho que tiñe de sangre a Tablada.
Otra vez el zumbido de las balas se escuchó en el barrio Tablada. Otra vez un pibe cayó muerto a balazos. Fue ayer a la madrugada en Patricias Argentinas al 4800 (misma altura de Ayacucho). La víctima, un muchacho de 18 años que vivía a una cuadra de donde le dispararon al menos cinco veces y desde corta distancia. El homicidio se dio a la vista de al menos tres testigos que pudieron decirles a los pesquisas que el matador es un pibe de 19 años cuyo nombre apareció mencionado en varios hechos violentos ocurridos en la zona. La última vez, el 30 de diciembre pasado, cuando estuvo detenido un día como sospechoso del crimen de María Simona Benegas, una mujer de 78 años alcanzada por los tiros frente a su casa de 24 de Septiembre y Necochea.
Otra vez el zumbido de las balas se escuchó en el barrio Tablada. Otra vez un pibe cayó muerto a balazos. Fue ayer a la madrugada en Patricias Argentinas al 4800 (misma altura de Ayacucho). La víctima, un muchacho de 18 años que vivía a una cuadra de donde le dispararon al menos cinco veces y desde corta distancia. El homicidio se dio a la vista de al menos tres testigos que pudieron decirles a los pesquisas que el matador es un pibe de 19 años cuyo nombre apareció mencionado en varios hechos violentos ocurridos en la zona. La última vez, el 30 de diciembre pasado, cuando estuvo detenido un día como sospechoso del crimen de María Simona Benegas, una mujer de 78 años alcanzada por los tiros frente a su casa de 24 de Septiembre y Necochea.
Desde hace ocho meses Sergio Barrios vivía con su abuela Dominga en un pasillo de Patricias Argentinas al 4800, un sector de Tablada que antiguamente se conocía como La Bajada y que se levanta en paralelo al paredón del ex Batallón 121. Ese lugar se transformó en los últimos años en un trozo de tierra en la que se libra una puja donde la venganza parece ser el nervio motor. "Esto que pasó no es sólo por la venta de droga, que la hay en el barrio. Esto viene por otro lado y no va a terminar más", relató ayer una mujer acostumbrada a escuchar los tiros. Y los vecinos volvieron a contar que en el barrio hay enfrentamientos que son fáciles de diferenciar.
Uno tiene que ver con la venta de drogas. El otro, con una serie de hechos sangrientos que arrancó el 28 de noviembre de 2004, en Rioja y Corrientes, cuando a la salida de un boliche se desató una gresca entre la barra de calle Biedma y los pibes de Médici y Lola Mora. Angel Ramírez, de 17 años, fue asesinado entonces a puntazos. A partir de ese crimen se dieron otros homicidios que fueron tomados como vueltos de aquella muerte inicial. "Los que se pelearon con los de Biedma esa vez ya no viven más en el barrio. Pero desde aque día, cada vez que los de Biedma ven a alguien que vive en calle Médici o en la zona, le buscan la pelea", indicó un joven vecino de Sergio Barrios. "Los muertos son todos de Uriburu para este lado (indicando con la mano la zona de La Bajada). Nunca del otro", dijo con indignación otro de los jóvenes de la cuadra.
La víctima. Algunos pibes del barrio reconocían a Sergio Barrios por el apodo de La Papa y por integrar el grupo de Los Pibes de la Ventana. Tenía 18 años. "Era un buen chico. Estaba trabajando en una fábrica de reciclado de polietileno", contó su abuela. "Tenía algunas pocas entradas en la comisaría. Por ahí pasaban los de la 11ª y como él estaba en la esquina, me lo levantaban, se lo llevaban y me lo devolvían bien cagado a palos", explicó la mujer, de 55 años.
"La última vez que lo vi fue el sábado, a eso de las 11 de la noche, cuando se vino a cambiar la remera", relató doña Dominga. "Después se fue con sus amigos a tomar unas cervezas y no supe nada más hasta las 2 y10, cuando me avisaron que lo habían baleado", explicó la mujer.
Según pudo reconstruir la policía, tras salir de la casa de su abuela Sergio se instaló con tres amigos en un tronco ubicado en Patricias Argentinas 4859, frente al ingreso al club infantil Alice, entre Benito Juárez y Gutiérrez. "No es mucho lo que sabemos. Sergio estaba con sus amigos cuando caminando llegó un muchacho vestido de oscuro que, sin decir nada, sacó un arma y le disparó varias veces por la espalda", indicó Dominga. Todo sucedió ante la mirada de los tres muchachos que ayer al mediodía estaban inhallables. "Los pibes se guardaron porque sino los van a ir a apretar", explicó un vecino.
Según los investigadores Barrios recibió cinco impactos de bala de bajo calibre en la espalda. "Le tiró sin mediar palabras y de corta distancia", confió un vocero. Tras ello, el pibe fue trasladado en una camioneta policial hasta el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, pero llegó muerto. En el lugar del ataque, los investigadores recogieron cinco vainas servidas.
"Mi mamá tiene su dormitorio sobre la calle y estaba durmiendo, pero se despertó sobresaltada y dijo que escuchó al menos tres disparos", explicó uno de los pibes que viven en la cuadra donde mataron a Barrios. El por qué del ataque, continúa siendo una incógnita.
Gatillo. Los pesquisas que trabajan en la investigación del homicidio coincidieron en que el muchacho vestido de oscuro que jaló el gatillo sin decir una palabra es Milton D., de 19 años. Un muchacho que ya tiene un nombre hecho a base de hechos violentos cometidos a punta de armas de fuego y que hasta anoche se mantenía prófugo. De Milton se conoce que fue parte de la banda liderada por el muchacho al que todos en Tablada reconocían como Torombolo, quien murió en febrero de 2008 cuando tenía 24 años. Desde la noche del 6 de enero de 2005, cuando en Santa Rosa de Lima al 100 Alberto Beto Acuña, de 19 años, fue asesinado tras una lluvia de balazos, el nombre de Milton —menor por aquellos días— fue relacionado a varios hechos.
Pero fue el último año cuando por distintos motivos Milton D. se ganó un espacio en las crónicas policiales. Algunas veces como víctima y otras como victimario. Durante 2008 fue baleado al menos dos veces. La primera de ellas el 4 de enero, cuando recibió siete disparos en la esquina de Chacabuco y Garibaldi. La otra, el 15 de septiembre cuando en Ayacucho entre Centeno y Dr. Riva recibió tres impactos de bala que le lesionaron el brazo derecho, el hombro izquierdo y la espalda. Ese ataque ocurrió a pocos minutos del asesinato de Paulo Pichi Acosta, en Médici y Lola Mora. En agosto, en tanto, estuvo detenido por la portación ilegal de un arma de guerra.
Y el 30 de diciembre volvió a estar todo un día tras las rejas. Fue cuando los efectivos de la Inspección de la 3ª Zona lo llevaron detenido como sospechoso de haber participado de la balacera que terminó con la vida de María Benegas. La mujer, de 78 años, estaba el martes 30 sentada en la puerta de su casa de 24 de Septiembre 90, cuando varios hombres en motos pasaron abriendo fuego con sus armas. Tres de esos balazos hirieron mortalmente a la jubilada, que murió por la noche en el Heca.
A unos cien metros de ese lugar, otro balazo hirió levemente a otra mujer. Por este caso fueron detenidos el jueves último Joel Sibulsky, de 19 años y Fernando Morel, de 18. Según contaron en el barrio, Sibulsky mantiene una disputa con Milton D. y estuvo preso ocho meses acusado de haberlo baleado enero de 2008.
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