Débora Natalia Fernández tenía 30 años y era madre de un nene de 8. Recibió dos tiros en el pecho. Fue la tarde del martes en barrio Godoy.
Su lugar en el mundo. Débora trabajaba en un taller de sublimado de remeras del Plan Nueva Oportunidad.
Débora Natalia Fernández escuchó que alguien tocó el timbre de la puerta de la casa de su madre y abrió de inmediato. Apenas entornó la puerta para ver quién era recibió una ráfaga de balazos que la hirieron mortalmente. Ocurrió el martes a la tarde en Colombres al 3000, en el barrio barrio Godoy, al oeste de la ciudad. Con dos impactos en el pecho sus familiares la trasladaron al policlínico San Martín y de allí la derivaron al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez donde murió cinco horas más tarde. En el barrio ayer todo era consternación. La mujer, de 30 años, trabajaba en el programa Nueva Oportunidad y tenía un pequeño hijo de 8 años. "Era una mina mil puntos", explicó uno de sus vecinos.
Uno de sus hermanos, apodado "Casquito", está detenido en el pabellón 7 de la cárcel de Piñero purgando una pena por homicidio. Junto a él están Ariel "El Viejo" Máximo Cantero y su hijo Ariel Maximiliano "Chanchón" Cantero entre otros pesados del hampa. Y para los investigadores éste no es un dato menor.
"Una piña en la nariz"
El asesinato de Débora Fernández no sólo fue un mazazo para su familia. También lo fue para sus compañeros del programa Nueva Oportunidad y la unidad productiva del Centro Cultural La Trinchera de barrio Godoy. "Este barrio es tan o menos violento que otros barrios de Rosario. Acá hay muchos que vamos a los espacios de Nueva Oportunidad buscando eso, otra oportunidad en nuestras vidas. Generar un espacio de esperanza y futuro. Y que maten a una compañera, como en este caso, es como si te pegaran una piña en la nariz y te dijeran no hay salida, no hay escape", explicó una muchacha que participa del taller de sublimado de remeras en La Trinchera.
Buena parte de la familia Fernández dejó la zona sur rosarina para instalarse en Colombres al 3000 hace poco más de diez años. Allí, a un complejo de casas construidos con programas sociales le dicen "La Granada Nueva", ya que buena parte de los vecinos fueron trasladados desde el barrio llamado hoy 17 de Agosto. La mamá de los hermanos Fernández vive sobre Colombres entre Forest y White, donde tiene un pequeño quiosco. A la vuelta, por Forest, vivía Débora con Benjamín, su hijo de 8 años.
"Su hijo era su luz, no se despegaban para nada", contó una vecina. Hasta el lunes, cuando La Trinchera entró en cuarentena por el brote de coronavirus, Débora iba al centro cultural de 8 a 12 para trabajar en un emprendimiento de sublimado de remeras.
Según se pudo establecer, el martes a las 14.30 en la casa de la madre de Débora, ubicada a sólo 200 metros de la comisaría 32ª, estaban las dos mujeres y el hijo de la víctima. Entonces frente a la vivienda se detuvo un auto. Un hombre bajó y tocó timbre en la casa, aunque algunos vecinos indicaron que llamaron por su nombre a Débora. Como haya sido, la mujer abrió la puerta y fue recibida por una descarga de plomo.
Los peritos recolectaron en el lugar siete vainas servidas calibre 9 milímetros. Dos de esos proyectiles impactaron en el pecho de Débora, quien intentó ganar el interior de la casa. El tirador siguió disparando: cinco impactos perforaron la puerta de chapón y dos la ventana de aluminio del quiosco familiar. Malherida, Débora fue trasladada en un auto particular al policlínico San Martín y de ahí en ambulancia al Heca, donde murió a las 19.30.
Relaciones de familia
"Ella era una excelente persona. Muy presente en todo lo que se hacía. Muy activa en las cuestiones sociales, muy querida. Estamos todos muy dolidos. Es gente trabajadora que no se metía con nadie. Tanto ella como la hermana eran personas que si te tenían que decir algo, venían de frente y te lo decían en la cara. Parece que todo ésto viene por el hermano que tienen preso, un hecho que ninguna de ellas ocultaba", indicó una vecina.
"Es una gran pena. Era una buena mujer y madre. En el barrio lo que se comenta es que ella identificó a quien la mató. Y que se lo dijo a la policía mientras se moría: a mi me baleó tal persona", explicó una residente de la populosa barriada.
Débora es hermana de Darío David "Casquito" Fernández, un hombre privado de la libertad y sindicado como soldado de la banda de Los Monos. Purga una condena de 14 años por homicidio en la cárcel de Piñero, más precisamente en el pabellón 7 en el que están alojados entre otros "El Viejo" y "Chanchón" Cantero. "Casquito" fue condenado por haber asesinado a Andrés García, un pibe de 17 años baleado en Moreno y Pasaje 507, en el barrio La Granada, el 2 de junio de 2008.
Además, "Casquito" y sus hermanos eran sobrinos de José Ramón Casco, un hombre de 54 años asesinado el 20 de octubre de 2015 en Balcarce al 6400. Por este hecho Claudio "Ranita" Insaurralde (sindicado como uno de los referentes de la banda de "Los Cambichos") fue condenado en un proceso abreviado a 13 años de prisión.
La investigación del homicidio de Débora Fernández quedó en manos del fiscal Ademar Bianchini quien comisionó a efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para que trabajaran en el territorio tomando declaraciones y buscando cámaras de videovigilancia que a simple vista eran inexistentes.
Una fuente cercana a la investigación indicó que horas antes del asesinato de su hermana, "Casquito" se comunicó por teléfono con su madre, algo infrecuente en la relación familiar, y le dijo: "Me mandé una cagada". Ese mensaje también está en la carpeta de los pesquisas como una posible hipótesis a seguir para identificar a los autores del homicidio.
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