Sergio "Nango" Díaz, asesinado de 10 tiros cuando iba en bicicleta por el acceso sur, había sido demorado por el crimen de Chabela Cantero.
La ciudad que alguna vez se ganó el mote de "La Chicago argentina" hoy es un lugar donde muchos hampones han roto todo código y buscan revancha matando o hiriendo a familiares de sus rivales. Sergio David "Nango" Díaz es uno más en esa lista. Según el preinforme de autopsia fueron diez balazos terminaron con la vida de este hombre de 37 años, ejecutado el martes al anochecer en inmediaciones de Circunvalación y Acceso Sur.
"Nango" había estado detenido en la investigación por el crimen de Petrona Isabel "Chabela" Cantero, aunque no fue imputado. La pareja de Díaz, apodada "Pato", junto a uno de los hijos de la mujer, son los principales sospechosos del crimen. Ambos están prófugos.
Reyerta mortal
Sobre el mediodía del 16 de junio pasado en España al 7000, barrio Las Flores, una reyerta entre vecinos terminó en una batahola con una mujer muerta de un balazo en el abdomen, otras tres heridas y más de una decena de vecinos expulsados del barrio. Una de ellas, Luciana, de 16 años y nieta de la víctima fatal, recibió un balazo en la cabeza que la dejó ciega.
Quizás la reyerta vecinal en un barrio estigmatizado no hubiera tenido mayor trascendencia que la del noticiero de la noche y la edición del diario del día después. Pero la mujer asesinada era Chabela Cantero, una de las hermanas del "Viejo" Ariel Máximo Cantero, referente de la banda de Los Monos y del barrio Las Flores.
"Sí, somos parientes de Ariel Cantero pero no tenemos nada que ver con la droga", explicó por esos días Angel, uno de los hijos de Chabela. Y luego contó su verdad: "La Pato le disparó a mi mamá en el medio de la panza y a mi sobrina en la cara (Luciana). A mi hermana Juliana los tipos le desfiguraron la cara a golpes y le pegaron la cabeza contra el piso. A una chica que está embarazada también le dispararon en la pierna", relató el muchacho.
La fiscal a cargo de la investigación del homicidio es Georgina Pairola, la misma que tiene a su cargo el asesinato de Nango Díaz, a quien se llevó detenido ese día de Las Flores pero luego liberó al no tener indicios de que el hombre hubiera participado de la agresión homicida.
Pairola pudo identificar a dos personas como los principales sospechosos en esa reyerta de junio pasado: Ana María Schneider, la "Pato", por el crimen de Chabela, y un hijo de ella llamado Jonathan, por la tentativa de homicidio contra Luciana. Ambos hoy siguen prófugos.
Cinco minutos
Pero la ley de la calle continuó con su dinámica. Aquellos vecinos que fueron expulsados de Las Flores terminaron con sus casas quemadas. Entre ellos Nango, que había buscado refugio en la humilde casa de su hermano Gustavo César Díaz, de 39 años, que vivía en una humilde casilla sobre la colectora del acceso Sur al 4100, en la villa Manuelita.
La noche del 12 de julio pasado en esa desvencijada casa —ya demolida— estaban Gustavo con su esposa Melisa y sus cuatro hijos de entre 8 y 13 años. En un momento alguien introdujo la mano por la única ventana del lugar y comenzó a disparar con calibre 9 milímetros.
Gustavo recibió una bala mortal en el pecho, uno de los niños dos en una pierna y un perro de la familia murió alcanzado por otro proyectil. Cinco minutos antes, Nango se había ido del lugar. La investigación del homicidio quedó en manos del fiscal Pablo Pinto.
Diez días más tarde, la noche del 22 de julio, José Luis "Chino" Schneider recibió un balazo en la nuca en la esquina de Guaria Morada y Petunia, en Las Flores. La víctima agonizó quince días hasta morir el domingo 6 de agosto. El Chino era uno de los hermanos de Pato y ese crimen es investigado por el fiscal Adrián Spelta.
Anunciada
Y un día le llegó la hora a Nango. Fue el martes, poco antes de las 20, donde se encuentra la circunvalación con el acceso sur, casi en el ingreso a Villa Gobernador Gálvez. Por ese lugar Díaz circulaba en bicicleta, al parecer se dirigía desde la casa de su hijastra hasta la de su padre.
Testigos ocasionales indicaron que un Peugeot 206 blanco o gris se puso a la par del ciclista y uno de los ocupantes le disparó varias veces. Dijeron escuchar al menos cinco detonaciones. Fuentes allegadas a la pesquisa indicaron que Díaz recibió ocho impactos de arma de fuego en la región dorsal y dos en el brazo derecho.
Tras la descarga de plomo Nango perdió el control de la bici y cayó pesadamente sobre la banquina, donde murió. Sus familiares llegaron casi de inmediato a la escena del crimen y lo reconocieron, ya que la víctima no llevaba identificación.
La presencia de los parientes de Díaz en el lugar motivaron momentos de tensión. "Ahora lo mataron a Sergio, ¿qué esperás para meterlos a todos presos?", le recriminó a la fiscal una de las hijas de Pato en el lugar.
"Vendo pañuelitos en el centro para poder comer y me metiste presa. Dos días me comí por nada. Esto es un ajuste de cuentas. Teníamos custodia pero todos estamos amenazados, hasta a mi hijo de 13 años lo amenazaron y ahora esto", espetaba una mujer enardecida.
En la escena del crimen y sus inmediaciones se recolectaron ocho vainas servidas. La fiscal comisionó a efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) para que trabajaran en el lugar y ordenó que se concentraran en las filmaciones de las cámaras de vigilancia públicas ubicadas en las cercanías del lugar donde ocurrió el tercer homicidio desencadenado a partir del crimen de Chabela.
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