01/12/2013 08:01:54 | Norma César, quien había recibido un disparo el 28 de mayo que la dejó cuadripléjica, falleció en la madrugada de ayer. En ese mismo hecho, perpetrado para vengar el crimen del líder de los Monos, mataron a su hijo Nahuel y a Marcelo Alomar.
La saga de asesinatos desatados desde septiembre de 2012, luego del crimen de Martín “Fantasma” Paz, se cobró en la madrugada de ayer otra víctima fatal. Se trata de Norma César, de 49 años, que sufrió un atentado el 28 de mayo pasado cuando la camioneta en la que viajaba junto con otras cinco personas recibió más de 30 disparos, a plena luz del día, en el semáforo de avenida Francia y Acevedo.
Los plomos le costaron la vida a su hijo Nahuel, de 26 años, y a Marcelo Alomar, de 31, en tanto a ella le provocaron una lesión que la dejó cuadripléjica hasta la madrugada de ayer, cuando falleció a causa de dos paros respiratorios que dieron fin a una larga agonía.
Se presume que ese ataque estaba destinado a Milton, otro de sus hijos de 22 años, como venganza del crimen de Claudio “Pájaro” Cantero, sindicado líder de la banda Los Monos, que había tenido lugar dos días antes en la puerta de un boliche nocturno de Villa Gobernador Gálvez. Al cierre de esta edición, la defensa de Milton intentaba por todos los medios obtener un permiso de la Justicia para que el muchacho –que se encuentra detenido en la Alcaidía por portación de arma– pudiese asistir al velorio y sepultura de su madre que tendrá lugar en la mañana de hoy.
Según indicaron voceros policiales y judiciales, la mujer –que estuvo varios meses internada en estado reservado– había sido trasladada unos días atrás a su vivienda. Pero anteanoche tuvo una descompensación, por lo que cerca de las 22 una ambulancia la trasladó al Hospital de Emergencias, donde falleció cerca de la 0.30 de ayer.
Norma había sido herida el pasado 28 de mayo, cuando iba a bordo de una camioneta Nissan 4×4 junto con otras cinco personas al llegar a la esquina de Acevedo y avenida Francia, frente al Centro Municipal Distrito Sudoeste.
El rodado frenó porque el semáforo se puso en rojo y en ese momento dos sicarios aparecieron en una moto y abrieron fuego: dispararon más de 30 veces. El resultado fue sangriento. El dueño y conductor del rodado, Marcelo Alomar, falleció en el acto al igual que Nahuel César. Norma y su pareja, Claudio Hernández, resultaron heridos de gravedad en tanto sus dos hijos pequeños, de 7 y 10 años, salieron ilesos.
Ese ataque fue vinculado por la Policía con otros dos, cometidos en forma consecutiva el domingo 26 y lunes 27 de mayo.
El primero de esos hechos sangrientos tuvo lugar en la puerta del boliche Infinity Night, ubicado en el límite entre Rosario y Villa Gobernador Gálvez, cerca de las 7 de ese domingo, cuando fue asesinado Ariel “Pájaro” Cantero. Un día después, quien cayó acribillado fue Diego “Tarta” Demarre, señalado como propietario del boliche donde se cometió el homicidio del Pájaro. Fue baleado en bulevar Seguí al 900, cuando estaba volviendo a su casa en auto desde Tribunales, donde había ido con la intención de declarar por la muerte de Cantero, pero algo hizo que cambiara de idea y se volvió sin hablar.
Todos esos asesinatos –junto con al menos media docena más– fueron vinculados con la muerte de Martín “Fantasma” Paz, ocurrida el 8 de septiembre del año pasado, y en varias páginas del expediente apareció el nombre de Milton César, hijo menor de Norma, comosupuesto partícipe de varios homicidios, entre ellos los del Fantasma y el Pájaro.
A fines de mayo pasado, cuando sobrevino la saga de crímenes consecutivos, Milton se encontraba en libertad. Tras el atentado en el que murió su hermano por una presunta represalia contra su persona, el joven habló por radio, se desvinculó de ambos hechos, dijo que temía por su vida, que había una recompensa de medio millón de pesos por su cabeza y que se pondría a disposición de la Justicia.
Dos semanas después fue detenido junto a un amigo mientras circulaba en un BMW por zona sur. Durante su encierro y ante la penosa situación en la que había quedado su madre tras el atentado, Milton intentó suicidarse. Días más tarde quedó desvinculado de los crímenes de Paz y Cantero. Pero tras recuperar la libertad, una nueva causa –mucho menor– lo llevó nuevamente tras las rejas: portación de arma, que según dijo, “se la plantó la Policía” cuando se acercó a una comisaría de zona sur a reclamar por la detención de dos amigos.
Ayer, personas allegadas al joven dijeron que la noticia de la muerte de su madre le provocó un agudo cuadro de angustia agravado por la incertidumbre de si iba a conseguir un permiso para poder ir a su velorio y posterior sepultura (que tendrá lugar en la mañana de hoy).
“Es una cuestión humanitaria, un derecho que no se le pude negar”, dijo uno de sus allegados, quien mencionó que además de las pérdidas de sus seres queridos y los intentos de suicidio, hace unas semanas el joven fue brutalmente golpeado por otros internos dentro de la Alcaldía donde se encuentra alojado.
Fuente: Notiexpress / El Ciudadano (foto de archivo de los homicidios de Francia y Acevedo)
Los plomos le costaron la vida a su hijo Nahuel, de 26 años, y a Marcelo Alomar, de 31, en tanto a ella le provocaron una lesión que la dejó cuadripléjica hasta la madrugada de ayer, cuando falleció a causa de dos paros respiratorios que dieron fin a una larga agonía.
Se presume que ese ataque estaba destinado a Milton, otro de sus hijos de 22 años, como venganza del crimen de Claudio “Pájaro” Cantero, sindicado líder de la banda Los Monos, que había tenido lugar dos días antes en la puerta de un boliche nocturno de Villa Gobernador Gálvez. Al cierre de esta edición, la defensa de Milton intentaba por todos los medios obtener un permiso de la Justicia para que el muchacho –que se encuentra detenido en la Alcaidía por portación de arma– pudiese asistir al velorio y sepultura de su madre que tendrá lugar en la mañana de hoy.
Según indicaron voceros policiales y judiciales, la mujer –que estuvo varios meses internada en estado reservado– había sido trasladada unos días atrás a su vivienda. Pero anteanoche tuvo una descompensación, por lo que cerca de las 22 una ambulancia la trasladó al Hospital de Emergencias, donde falleció cerca de la 0.30 de ayer.
Norma había sido herida el pasado 28 de mayo, cuando iba a bordo de una camioneta Nissan 4×4 junto con otras cinco personas al llegar a la esquina de Acevedo y avenida Francia, frente al Centro Municipal Distrito Sudoeste.
El rodado frenó porque el semáforo se puso en rojo y en ese momento dos sicarios aparecieron en una moto y abrieron fuego: dispararon más de 30 veces. El resultado fue sangriento. El dueño y conductor del rodado, Marcelo Alomar, falleció en el acto al igual que Nahuel César. Norma y su pareja, Claudio Hernández, resultaron heridos de gravedad en tanto sus dos hijos pequeños, de 7 y 10 años, salieron ilesos.
Ese ataque fue vinculado por la Policía con otros dos, cometidos en forma consecutiva el domingo 26 y lunes 27 de mayo.
El primero de esos hechos sangrientos tuvo lugar en la puerta del boliche Infinity Night, ubicado en el límite entre Rosario y Villa Gobernador Gálvez, cerca de las 7 de ese domingo, cuando fue asesinado Ariel “Pájaro” Cantero. Un día después, quien cayó acribillado fue Diego “Tarta” Demarre, señalado como propietario del boliche donde se cometió el homicidio del Pájaro. Fue baleado en bulevar Seguí al 900, cuando estaba volviendo a su casa en auto desde Tribunales, donde había ido con la intención de declarar por la muerte de Cantero, pero algo hizo que cambiara de idea y se volvió sin hablar.
Todos esos asesinatos –junto con al menos media docena más– fueron vinculados con la muerte de Martín “Fantasma” Paz, ocurrida el 8 de septiembre del año pasado, y en varias páginas del expediente apareció el nombre de Milton César, hijo menor de Norma, comosupuesto partícipe de varios homicidios, entre ellos los del Fantasma y el Pájaro.
A fines de mayo pasado, cuando sobrevino la saga de crímenes consecutivos, Milton se encontraba en libertad. Tras el atentado en el que murió su hermano por una presunta represalia contra su persona, el joven habló por radio, se desvinculó de ambos hechos, dijo que temía por su vida, que había una recompensa de medio millón de pesos por su cabeza y que se pondría a disposición de la Justicia.
Dos semanas después fue detenido junto a un amigo mientras circulaba en un BMW por zona sur. Durante su encierro y ante la penosa situación en la que había quedado su madre tras el atentado, Milton intentó suicidarse. Días más tarde quedó desvinculado de los crímenes de Paz y Cantero. Pero tras recuperar la libertad, una nueva causa –mucho menor– lo llevó nuevamente tras las rejas: portación de arma, que según dijo, “se la plantó la Policía” cuando se acercó a una comisaría de zona sur a reclamar por la detención de dos amigos.
Ayer, personas allegadas al joven dijeron que la noticia de la muerte de su madre le provocó un agudo cuadro de angustia agravado por la incertidumbre de si iba a conseguir un permiso para poder ir a su velorio y posterior sepultura (que tendrá lugar en la mañana de hoy).
“Es una cuestión humanitaria, un derecho que no se le pude negar”, dijo uno de sus allegados, quien mencionó que además de las pérdidas de sus seres queridos y los intentos de suicidio, hace unas semanas el joven fue brutalmente golpeado por otros internos dentro de la Alcaldía donde se encuentra alojado.
Fuente: Notiexpress / El Ciudadano (foto de archivo de los homicidios de Francia y Acevedo)
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