Nuevos episodios violentos regeneran la disputa entre bandas en La Tablada
En diez días hubo tres episodios vinculados a la lucha entre "Los del tanque" y "Los del puente".
El territorio donde se conectan el barrio La Tablada con las villas del Tanque y Manuelita volvió esta semana a crepitar por los balazos. Y cada vez que esto sucede vuelven a escucharse apodos y nombres repetidos hasta el hartazgo tanto en investigaciones policiales como judiciales y en las bocas de las doñas del barrio. A partir de un pibe de 16 años herido de bala el viernes 27 de abril en Esmeralda al 3700; el asesinato de Domingo Alejandro Ribles, ocurrido el 1º de Mayo en Grandoli al 3800; y una infernal balacera desatada el jueves en Cepeda y Spiro, quedó expuesto que el enfrentamiento entre las bandas "Del tanque" y "Del puente" sigue más latente que nunca.
"Esto en la época de Joel no pasaba. Joel no era Robin Hood, pero mantenía a raya a los vendedores de droga y a los choros. Joel tenía códigos", explicó una mujer que reside en la inmediaciones del tanque de Grandoli y Güiraldes. De quien habla la vecina es de Joel Alcaraz, el pibe de 19 años, ícono de la banda "Del puente", que el 9 de noviembre de 2009 fue asesinado con una docena de balazos en un descomunal enfrentamiento en el que antes de morir dejó inmóvil de la cintura para abajo a Iván Benavente, que entonces tenía 23 años y recibió siete tiros.
Los hombres de la familia Benavente están ligados a la banda "Del tanque". El asesinato de Joel Alcaraz fue el puntapié inicial para una espiral de violencia que parece no tener fin. Tres de los Benavente —Gustavo, Guillermo y Jesús— fueron detenidos por la policía inculpados de ese homicidio y estuvieron procesados hasta que la Sala III de la Cámara Penal revocó el procesamiento de Guillermo y Gustavo en septiembre de 2010.
Domingo Alejandro Ribles tenía 32 años y fue asesinado el martes pasado. Ese hecho parece insertarse, según confían varios pesquisas, como último eslabón mortal en la cadena de ajustes que conforman las crónicas policiales sobre La Tablada de los últimos tiempos. Ribles era primo de los hermanos Benavente y sus allegados señalaron a uno de los hermanos de Joel, identificado como Checho, como su asesino. "Se la habrán jurado sólo por ser pariente de los Benavente", dijeron familiares de Ribles a la hora de encontrarle respuestas al ataque.
Inmediatamente de publicada la noticia del asesinato de Ribles, la mayoría de los comentarios en la web del diario sembraron el mismo apodo: Checho. Este homicidio es investigado por la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas.
El tercer nombre. Pero como si a este escenario le faltara algo, se agregó al juego Milton C., un pibe de 20 años que en su momento fue apuntado como uno de los muchachos que asaltó en su vivienda al ex ministro de Justicia, Héctor Superti, el 21 de marzo de 2011. Aunque vale resaltar que Milton fue desvinculado de esa causa por falta de pruebas contundentes.
El viernes 27 de abril Matías Jesús P., de 16 años, fue atacado a balazos en Esmeralda al 3700 y recibió un plomo en el muslo de su pierna derecha. Este adolescente cuenta con dos docenas de anotaciones en su expediente judicial, entre ellos dos homicidios de 2011. La pesquisa del hecho, en manos de la jueza de Instrucción Roxana Bernardelli, se orientó hacia Milton C. y sus amigos. Si bien no quedó claro si fue Milton quien disparó, se lo ubicó en la escena del ataque.
El nombre de Milton ya había sonado este año cuando Miguelito G., uno de los archirrivales de la familia Benavente, fue baleado en la nuca. Tras el asesinato de Gustavo Benavente, ocurrido el domingo 25 de septiembre de 2011 en la esquina de Grandoli al 3900, Miguelito y Checho estuvieron en la mira de los investigadores aunque finalmente no fueron detenidos.
Actualmente Miguelito G., quien estuvo en grave estado internado en el Hospital de Emergencia Clemente Alvarez y es uno de los más cercanos a Checho, se repone satisfactoriamente de su herida y, comentaron fuentes consultadas, que hasta comenzó a pronunciar palabras. La pregunta del millón es como jugará Milton C. en esta escena compuesta por muchachos sin calma, pistolas humeantes y una catarata de denuncias cruzadas sobre venta de droga. "Milton juega para Milton. Ahora parece que está contra los pibes «Del puente», pero eso puede cambiar. O a lo mejor ya cambió. La Tablada es un ser vivo que se retroalimenta todo el tiempo y lo que hoy es de una manera, mañana puede cambiar", explicó un experimentado pesquisa que conoce el barrio al dedillo.
Mientras todo sucede, el jueves el epicentro de los disparos estuvo en inmediaciones de Cepeda y Spiro. Entonces, la frase con la que se expresó la vecina de la villa del Tanque volvió a retumbar: "Esto en la época de Joel no pasaba. Joel no era Robin Hood, pero mantenía a raya a los vendedores de droga y a los choros. Joel tenía códigos".
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