Un chico de 16 años fue asesinado con un balazo en la cabeza que disparó uno de los dos muchachos que pasaron, a bordo de una moto por el frente de su casa, ubicada en una humilde barriada de la zona suroeste de la ciudad de Santa Fe. Hasta anoche, los pesquisas de la Unidad Regional I desconocían los motivos de la fatal agresión aunque dijeron tener identificados a los ocupantes del rodado desde el cual partió el tiro.
A las 13.30 del viernes, Lucas Alberto Ramírez estaba frente a su casa de calle Entre Ríos al 3900. Entonces pasó por el lugar una moto de color azul en la que iban dos jóvenes. Quien iba como acompañante efectuó un disparo de arma de fuego y el proyectil atravesó la cabeza del menor que cayó a la vereda ante la vista de su madre y sufriendo pérdida de masa encefálica.
Herido de muerte el chico fue llevado hasta el hospital provincial José María Cullen, pero al entrar a la guardia ya había muerto. Tras ello, peritos criminalísticos, agentes de la Policía Científica y detectives de Homicidios fueron hasta el escenario del crimen para relevar huellas y rastros y recoger los testimonios necesarios para individualizar a los sospechosos.
Según confiaron fuentes de la causa, de esas tareas surgieron datos acerca de la identidad de los ocupantes de la moto, de modo que distintas comisiones policiales salieron en busca de los señalados y en la zona donde habitualmente actúa la denominada Banda del pasillo apresaron a dos jóvenes. A pesar de que no serían los autores materiales del homicidio, los pesquisas dijeron que tendrían una relación familiar directa con los acusados y que en su vivienda se secuestró una moto similar a la usada por los asesinos.
Hasta ayer no se sabían los motivos del ataque criminal y no se descartaba que Ramirez haya sido víctima de un enfrentamiento ajeno a su persona.
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