VIOLENCIA

SUS AMORES. La docente tenía dos hijos,  un varón de 10 años y una adolescente de 13.

El remisero no aceptaba el punto final para una relación enfermiza que ya lo tuvo unos días preso.

Vecinos refirieron que Rojas la acosaba mediante cartas y mensajes de texto. Había estado preso unos días.

Publicado el 16/06/2012 - La tortuosa relación entre Fabiana Raimundi Corral y Mario Rojas se extendió durante unos cuatro años, en los que se sucedieron varios momentos conflictivos, hasta que ella decidió poner punto final al vínculo, no hace mucho tiempo.

Sus allegados revelaron que el remisero tenía una conducta temeraria y que se lo consideraba capaz de cualquier cosa.

En ese sentido, recordaron que en determinado momento estaban distanciados.

Un día, cuando la docente regresó a su hogar, se encontró con que desconocidos habían forzado la entrada y habían provocado cuantiosos daños, más allá de que hubieran desaparecido algunos elementos.

No tenía la apariencia de un robo convencional, por lo que su amante se convirtió en el principal sospechoso y así lo expuso en la Policía.

Rojas fue detenido y confesó que efectivamente había “ideado” el falso hecho delictivo, pero que no fue quien había ingresado en la vivienda del barrio Juramento, sino que había pagado a terceros para que “hicieran el trabajo” intimidatorio.

Intimidaciones

Una de sus amigas, consternada por el trágico fin que tuvo la educadora del Nivel Inicial, anoche manifestó: “Amenazaba al hijo de muerte; la perseguía y le mandaba cartas y Fabiana tenía que esconderse del tipo. Él la acosaba siempre y aunque habían hecho denuncias, la Policía no ha hecho nada”.

En ese marco, comentó que la docente recibía mensajes intimidatorios de su ex pareja, la que aseguraba que iba a matar a sus hijos si no retomaban la relación sentimental.

Reclamo de vecinos

En un improvisado y espontáneo acto realizado en el barrio donde residía la extinta, los presentes coincidieron en expresar y mostrar pancartas exigiendo que se esclarezca el brutal asesinato y que sus autores, materiales e intelectuales,reciban el castigo que se merecen.

“No tienen derecho de haberle hecho eso (haberla asesinado). Queremos que se haga justicia”, remarcaron los manifestantes.