No hay pruebas directas contra los tres acusados del robo al blindado
Será clave el reconocimiento de hoy en Tribunales. Les imputan sustraer $ 160 mil en Alberdi
El reconocimiento en rueda de personas será crucial para el destino de los tres detenidos por el robo de 160 mil pesos de un blindado ocurrido el lunes pasado en Alberdi. Fuentes judiciales señalaron que no hay elementos que vinculen a estas tres personas de modo directo a ese golpe.
Hoy por la mañana darán explicaciones a la jueza Raquel Cosgaya tres experimentados del hampa local: Sergio Toroncho Bonfiglio, de 49 años; Gustavo Chueco Digiacomo, de 47; y Lelio Martín Chapita Ungaro, de 29. Los investigan por robo calificado y privación ilegítima de la libertad.
Los tres hombres fueron detenidos el miércoles pasado en inmediaciones de Presidente Roca al 4600 como principales sospechosos de haber dado el golpe local del año: el atraco al camión de caudales de Prosegur ocurrido el pasado lunes, poco después de las 16, frente a una oficina de Multipagos ubicada en Herrera al 600, frente a la plaza Alberdi.
POCA EVIDENCIA
“Estos hombres son detenidos y se les secuestran elementos que son concordantes con personajes pesados del mundo delictivo local: precintos, escopeta, pistolas y handys. Por eso sólo no los incrimina. Será vital el reconocimiento que hagan los testigos”, explicó el vocero tribunalicio. “También es cierto que este tipo de golpes no los da cualquiera y los detenidos se han hecho un nombre”, comentó la fuente.
El lunes tres hombres con uniformes de la empresa Cliba asaltaron a portavalores que se retiraban con tres sacas con 80 mil pesos cada una. Empuñando al menos dos fusiles Fal y, tras efectuar un disparo al aire, los delincuentes se subieron a un Renault Megane llevándose sólo dos de las sacas y a uno de los portavalores de rehén. A sólo 200 metros del lugar dejaron abandonado al trabajador y algunas cuadras más adelante el auto. Allí trasbordaron a una Renault Kangoo con la que desaparecieron. Después se sabría que ambos autos habían sido robados.
GENTE CON HISTORIA
El nombre de Bonfiglio saltó a las crónicas policiales cuando hace 14 años, en 1993, la jueza Federal Laura Cosidoy desbarató dos bandas de narcotraficantes: una encabezada por él y la otra Jorge Halford. A la de Bonfiglio se le atribuía lavar parte del dinero de la droga a través de la compra de caballos de carrera. Volvió a reaparecer en 2002, cuando fue apresado con unos gramos de marihuana y, según fuentes tribunalicias, desde hace tres años está vinculado a Chapita Ungaro.
Los inicios de la trayectoria delictiva de Ungaro se remontan al 18 de febrero de 1998, cuando fue detenido en su casa de entonces de Sánchez de Thompson 265 bis, en la zona sur. En ese momento lo acusaron de ser uno de los autores del robo a mano armada a una sucursal del Banco de Santa Fe, en la capital provincial, donde tres asaltantes irrumpieron durante el pago a jubilados y se llevaron entre 80 y 100 mil pesos.
EL CABEZAZO
Mientras ya estaba procesado por ese golpe, Ungaro fue trasladado desde la cárcel de Coronda al Hospital Provincial de Rosario para recibir un tratamiento dermatológico. Cuando estaba en la guardia, volteó de un cabezazo al custodio y escapó con las esposas colocadas. Ocho meses más tarde, el 15 de marzo del 2000, lo apresaron en su casa luego de que se atrincherara por tres horas. Antes de entregarse pidió que llegaran a la vivienda su madre y un abogado.
El Chueco Digiácomo integró una de las facciones de la barra brava de Rosario Central hasta que en 2003 cayó en desgracia. Sobre su cabeza pesaba un pedido de captura vía Interpol de la Justicia italiana acusado de introducir en 1999 cocaína a la península. Pero el proceso de extradición del Chueco se cayó y así se salvó de recibir una pena potencial de 30 años de prisión.
Hoy por la mañana darán explicaciones a la jueza Raquel Cosgaya tres experimentados del hampa local: Sergio Toroncho Bonfiglio, de 49 años; Gustavo Chueco Digiacomo, de 47; y Lelio Martín Chapita Ungaro, de 29. Los investigan por robo calificado y privación ilegítima de la libertad.
Los tres hombres fueron detenidos el miércoles pasado en inmediaciones de Presidente Roca al 4600 como principales sospechosos de haber dado el golpe local del año: el atraco al camión de caudales de Prosegur ocurrido el pasado lunes, poco después de las 16, frente a una oficina de Multipagos ubicada en Herrera al 600, frente a la plaza Alberdi.
POCA EVIDENCIA
“Estos hombres son detenidos y se les secuestran elementos que son concordantes con personajes pesados del mundo delictivo local: precintos, escopeta, pistolas y handys. Por eso sólo no los incrimina. Será vital el reconocimiento que hagan los testigos”, explicó el vocero tribunalicio. “También es cierto que este tipo de golpes no los da cualquiera y los detenidos se han hecho un nombre”, comentó la fuente.
El lunes tres hombres con uniformes de la empresa Cliba asaltaron a portavalores que se retiraban con tres sacas con 80 mil pesos cada una. Empuñando al menos dos fusiles Fal y, tras efectuar un disparo al aire, los delincuentes se subieron a un Renault Megane llevándose sólo dos de las sacas y a uno de los portavalores de rehén. A sólo 200 metros del lugar dejaron abandonado al trabajador y algunas cuadras más adelante el auto. Allí trasbordaron a una Renault Kangoo con la que desaparecieron. Después se sabría que ambos autos habían sido robados.
GENTE CON HISTORIA
El nombre de Bonfiglio saltó a las crónicas policiales cuando hace 14 años, en 1993, la jueza Federal Laura Cosidoy desbarató dos bandas de narcotraficantes: una encabezada por él y la otra Jorge Halford. A la de Bonfiglio se le atribuía lavar parte del dinero de la droga a través de la compra de caballos de carrera. Volvió a reaparecer en 2002, cuando fue apresado con unos gramos de marihuana y, según fuentes tribunalicias, desde hace tres años está vinculado a Chapita Ungaro.
Los inicios de la trayectoria delictiva de Ungaro se remontan al 18 de febrero de 1998, cuando fue detenido en su casa de entonces de Sánchez de Thompson 265 bis, en la zona sur. En ese momento lo acusaron de ser uno de los autores del robo a mano armada a una sucursal del Banco de Santa Fe, en la capital provincial, donde tres asaltantes irrumpieron durante el pago a jubilados y se llevaron entre 80 y 100 mil pesos.
EL CABEZAZO
Mientras ya estaba procesado por ese golpe, Ungaro fue trasladado desde la cárcel de Coronda al Hospital Provincial de Rosario para recibir un tratamiento dermatológico. Cuando estaba en la guardia, volteó de un cabezazo al custodio y escapó con las esposas colocadas. Ocho meses más tarde, el 15 de marzo del 2000, lo apresaron en su casa luego de que se atrincherara por tres horas. Antes de entregarse pidió que llegaran a la vivienda su madre y un abogado.
El Chueco Digiácomo integró una de las facciones de la barra brava de Rosario Central hasta que en 2003 cayó en desgracia. Sobre su cabeza pesaba un pedido de captura vía Interpol de la Justicia italiana acusado de introducir en 1999 cocaína a la península. Pero el proceso de extradición del Chueco se cayó y así se salvó de recibir una pena potencial de 30 años de prisión.
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