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El crimen de "Pimpi" Caminos contado a partir de códigos y traiciones vecinales

Written By Charles Francis on 27 noviembre 2011 | 11:13

El padre y una hermana del ex líder barrabrava desnudaron lo que hay tras el homicidio. 
Claudio Berón / La Capital 
La historia se desarrolló y transcurre en el sureste de la ciudad, pasando la avenida Uriburu, en el sector que se recuesta cerca del río. La familia Caminos vive allí hace 32 años. Más precisamente en Alice y Lamadrid, en el barrio Municipal. Allí los diez hijos de do n Fidel Caminos y su esposa encontraron su lugar, forjaron su destino, crearon su feudo y desarrollaron su vida. Entre ellos estaba Roberto, al que todos conocieron como Pimpi, el hombre que lideró la barra brava de Newell’s Old Boys durante una década y a quien la muerte lo halló muy lejos de su casa. Fue en Servando Bayo al 1400, en la puerta de un oscuro bar de malas juntas, donde un hombre joven, sólo, en total silencio y ante pocos testigos, le asestó cinco balazos fatales. Ese hecho se está juzgando actualmente en audiencias orales y públicas en los tribunales provinciales y el jueves, de no mediar circunstancias que modifiquen el calendario, quizás se sepa quién ejecutó el homicidio.

Los imputados en ese juicio no son desconocidos para los Caminos. Todos viven cerca del barrio. René Ungaro a dos cuadras de donde residía Pimpi. Sus familias se conocen de "siempre". A Alberto Betito Godoy por ser de la barra rojinegra que Roberto comandaba. Y al tercer acusado, Emanuel Suárez, lo tienen "apenas visto". 

De esas relaciones y del pasado que terminó con la vida de Pimpi, su padre y una de sus hermanas, Mayra, accedieron a hablar con La Capital. Fue en un estudio jurídico céntrico, en una oficina impersonal. A lo largo de la charla la mujer leyó y releyó el expediente judicial. Su padre se acomodó en una silla y miró a su alrededor con ojos duros. Otra de las hermanas Caminos había prometido asistir a la cita pero faltó. Horas antes le habían baleado el auto que dejó estacionado frente a su casa del barrio Saladillo en un hecho que ellos vinculan con el desarrollo del juicio. 

 — ¿Don Fidel, cómo era Roberto?— Una persona buena, amigo de los amigos. Fue empleado municipal y se retiró como inspector de tránsito. Tenía cuatro hijos. Mi relación con él era muy buena. Ayudó mucho en el barrio, dio de comer a mucha gente y siempre se ocupó de la familia.
 — ¿Cómo se contactó Pimpi con la barra brava de Newell’s?— El siempre fue a la cancha. Lo empecé a llevar yo, que siempre fui de Ñuls. Pero eran otras épocas. Después se ligó de lleno cuando tenía 28 años. Cerca del año 1999 o 2000. 
 —¿De dónde conoce a la familia Ungaro?— La que toma la palabra es Mayra, que responde con ganas, con detalles, con historias viejas. "De siempre. En 2005 mi hermano empezó a tener problemas con Chapita, el hermano de René. Tenía berrertines y se hacia el choro. El siempre la movió. Chapita después vendía no se qué y desapareció del clan, del barrio".—Una banda. El chico que baléo la casa de Rosa, mi hermana, es Milton. La familia de él y nosotros nos odiamos. Ellos allá y nosotros acá. Son clanes. Cachorra, Pequeñin, Cuatrero y René quisieron hacer árbol caído de mi hermano cuando él estuvo preso. A Cuatrero lo ví crecer. Pimpi le compraba ropa, le daba de comer, a todos ayudaba. Se juntaron todos los que tenían problemas con mi hermano, son terribles, pasan y tirotean. 
 —¿Que es un clan? — ¿Cómo estaba la relación de Pimpi con los directivos del club en ese entonces?.Fidel Caminos se apura en contestar. "El nunca me comentó nada y nunca le comenté nada. Nunca vimos a un directivo en el barrio y sólo una vez me balearon la casa y no hice la denuncia. Roberto formaba parte de la hinchada en esa época". Y Mayra acota: "El problema fue después de las elecciones en el club (que ganó Guillermo Lorente). Hubo amenazas, tiroteos a la casa. La disputa siempre fue por la cancha y Chapita Ungaro se sumó. Mi hermano era un hombre de códigos. Si mi hermano estuviera vivo yo no hablaría, pero ahora ésto tiene que terminar". 

Después, Mayra enumera los adolescentes y jóvenes muertos en el barrio: Alexander Acosta, apodado Triple seis; Marcelo Coria y la lista sigue. Es una barra que mata, según dice la mujer, "sin escrúpulos". 

 — El venía a casa a buscar entradas para ir a la cancha, tenía berretines. Pero ya no hay códigos. Esta barra quiere implicar a los Caminos, te quiere intimidar y quiere intimidar a los fiscales y a los jueces que llevan adelante el juicio para esclarecer la muerte de mi hermano. Es un mensaje: «Si nos atrevemos a esto podemos hacer otra cosa», dicen. No se la aguantan. Pimpi nunca pagó protección dentro de la penitenciaría, ellos sí. 

— ¿Cómo es la relación con Betito Godoy? — ¿Cómo es la relación de los Caminos con los César?, la familia a la cual se vincula al joven que baleó el auto de Rosa el miércoles pasado.—Fidel Caminos se adelanta. "Quieren ensuciarnos. A muchos les dí de comer en mi casa. Eran sobrinas de mi ex yerno. Tengo tres dormitorios y siempre había gente durmiendo en casa. Mi mujer murió de tristeza cuando fue lo de Pimpi.  

— ¿Pimpi se topó alguna vez con René Ungaro? — 
¿Cómo se enteraron de la muerte de Roberto?.— Ese día me avisaron. Y a la semana , mientras yo averiguaba qué había pasado, se acercó un muchacho y me dijo: "Negra vení que se está comentando que a tu hermano lo mataron dos". Y esos dos son los que están acusados. Esa bandita desapareció del barrio después de la muerte de mi hermano. Ellos se jactaron brindadndo con champán pero nosotros no hicimos la denuncia, todo salió de la investigación. 

 — ¿Tienen miedo?— No. Yo soy una mujer de fe. Dios guarda a mi familia y guarda a Pimpi. Dios se lo llevó por que él había cumplido su ciclo en la tierra. Dios dice que los malos son nacidos para el día malo, no es que Dios se olvida. No nos reunimos con nadie para arreglar nada, siempre tuvimos códigos. Pedimos a Dios protección y nada mas. 

Los Caminos seguirán en ese barrio trágico, en un radio de dos cuadras donde se abrió la puerta del poder y la posibilidad de encontrar mucho dinero en poco tiempo. Un ex empleado municipal, Roberto Caminos, cambió su vida a partir de formar parte de la gestión en un club de fútbol y una vez muerto abrió una caja de sorpresas. "Dios es justo y saca todo a la luz", dice con fe Mayra Caminos, su hermana, que tiene tatuado "Roberto" en su hombro derecho. 

— René se trompeó con Pimpi una vez. El pibe lo llamó al hermano, a Chapita, y le pegó unos tiros a Pimpi. Pero él, por códigos, no hizo la denuncia. El código es no denunciar, no ser traidor y si tenés fierros, y yo no tengo, nos damos a las piñas. Pimpi siempre fue de mano, nunca de fierro. 

De testigos y aclaraciones
Para muchos rosarinos el fin de semana largo sirve para tomarse un respiro, un descanso. Pero para los defensores de los tres acusados por el homicidio de Roberto Pimpi Caminos, los días que transcurren son de intenso trabajo. El martes deberán presentar sus alegatos ante el tribunal que juzga a sus clientes. Entonces, arman el rompecabezas desmenuzado a lo largo de más de un año de investigación y de siete extensas jornadas en las cuales numerosos testigos dijeron lo que sabían sobre el hecho. 

En ese marco no dejan de leer lo que La Capital publica día a día en torno a lo que sucede dentro de los tribunales. Por eso, ayer dos de los abogados pidieron aclarar algunos conceptos dados a conocer en la crónica que salió en la página 34 de la edición de ayer. 

Marcelo Piercechi defiende a Emanuel Suárez, uno de los imputados. El abogado dijo que fue él quien pidió que se cite a los testigos Joana G. y Emanuel M. y no la querella, como se informó. Asimismo, sostuvo que ambos testigos "fueron claros a la hora de demostrar que Suárez estuvo con ellos la noche y a la hora en que ocurrió el crimen". 

Por su parte, Fausto Yrure, defensor de Alberto Betito Godoy, confirmó que el testigo Nicolás R. vendió el auto blanco en el cual presuntamente la noche del homicidio se manejó su cliente con René Ungaro a un tal Maxi R., pero aclaró que "éste no tiene nada que ver con otro Maxi R. al que se conoce como «el hijo del Quemado», sino que es un muchacho limpio y trabajador".
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