Indignación y violencia en La Tablada tras un crimen

El crimen de Claudio Tomás Colli, el chico de 19 años que la tarde del miércoles recibió un disparo por la espalda cuando subía a un colectivo para ir a festejar la llegada de la primavera... 

El crimen de Claudio Tomás Colli, el chico de 19 años que la tarde del miércoles recibió un disparo por la espalda cuando subía a un colectivo para ir a festejar la llegada de la primavera en compañía de un grupo de amigos, caló muy profundo y causó indignación en las calles del barrio La Tablada. A sólo 24 horas del homicidio, unas 200 personas se agolparon delante de la vivienda donde reside uno de los acusados del hecho y no sólo balearon el frente de la propiedad sino que también le prendieron fuego y causaron serios destrozos. La presencia policial en el lugar sólo pudo atemperar los ánimos por unos minutos, los suficientes para rescatar a dos matrimonios que desde el interior de la casa pidieron auxilio al 911. "En un momento hubo que retirarse del lugar porque nos vimos desbordados y si reprimíamos no se en que podría haber terminado todo", le aseguró a La Capital un vocero policial que, por razones obvias, prefirió mantener el anonimato. 

La secuencia de hechos que derivó en el levantamiento de ayer empezó a las 16.30 del miércoles. Entonces, Claudio Colli junto a un grupo de amigos llegó hasta la esquina de 1º de Mayo y Centeno para tomar un colectivo de la línea 143 roja para ir hasta La Florida a festejar el Día de la Primavera. Pero cuando el ómnibus ya había detenido la marcha y los pibes se aprestaban a subir, alguien efectuó un certero disparo que perforó la espalda de Claudio, quien cayó pesadamente a la vereda y perdió la vida en minutos. 

"El chico se bamboleaba de un lado a otro mientras los amigos lo recostaban en la vereda. Dicen que el que le tiró salió corriendo por 1º de Mayo y dobló por Ameghino", le contó una vecina del barrio al cronista de este diario que llegó poco más tarde al lugar. 

Conocidos. En el marco de la investigación, que inició la comisaría 16ª y por decisión judicial ahora está en manos de la Sección Homicidios, se sostuvo que posiblemente Colli, de quien la policía no tiene registros de antecedentes penales, haya conocido a su ejecutor. Y eso lo refrendaron horas más tarde sus propios amigos y testigos del crimen ante los investigadores. "Estamos buscando a dos chicos que fueron imputados por los jóvenes que acompañaban a la víctima", dijo la fuente. 

Así las cosas, y cuando en el convulsionado barrio los ecos del crimen no se habían apagado, ayer a la tarde unas 200 personas se agolparon frente a una vivienda de Ayacucho al 4100 en la cual, dijeron las fuentes, reside uno de los acusados junto a su familia. A esa hora, dentro de la propiedad, había dos matrimonios mayores que serían los padres y abuelos del sospechoso en cuestión. Fue esa gente la que ante la horda que se había plantado frente a la casa llamó al 911 pidiendo ayuda. 

Desbordados. "Cuando el primer móvil llegó al lugar se dispersó a la gente y se pudo ingresar para rescatar a la gente que había en la casa. Pero entonces ya habían disparado con armas de fuego contra el frente dejando impactos marcados en paredes y aberturas, y habían rociado con combustible la puerta generando un pequeño incendio que dejó sus marcas en las paredes", aseguró una alta fuente de la Jefatura mientras que otro uniformado dijo que "se recolectaron varias vainas de calibre 9 milímetros de la vereda". 

No obstante eso, y ante la llegada de refuerzos uniformados de la seccional 16ª y la Agrupación Cuerpos, los policías pudieron sacar a los cuatro ocupantes de la propiedad y subirlos a dos patrulleros, uno de los cuales terminó con sus vidrios rotos, para alejarlos de la zona que "estaba verdaderamente pesada, muy caliente, a tal punto que a esta gente le tiraron con palos y piedras", dijo el vocero. 

Fue entonces que el lugar quedó por algún tiempo en manos de quienes buscaron venganza por el homicidio de Colli. "Creo que esta gente ha perdido gran parte de su casa y no se si podrá volver a ocuparla", dijo la fuente policial que habló con este diario en estricta reserva de identidad. 

"El problema no fue con nosotros. Indudablemente la gente estaba muy enojada con los supuestos asesinos del chico", dijo un policía que estuvo en el lugar. Y, al respecto, sostuvo que la información que manejan los investigadores los lleva a buscar a dos adolescentes identificados por los amigos de la víctima del crimen pero que aún están prófugos. 

"No nos asombramos mucho, esto es siempre así. Se escuchan tiros a cada rato", dijo una vecina de La Tablada poco después del homicidio de Colli, sintentizando el clima de suma violencia que una vez más, y en grado creciente, se ha apoderado de ese populoso barrio del sudeste rosarino.