Hallan asesinado a un anciano en departamento

Lo encontró uno de sus hijos desnudo, tendido boca arriba en la cama y con una sábana en el cuello.

El hijo de Emilio Masabeu no notó nada extraño cuando llegó alrededor de las 9.30 de ayer a la cochera ubicada en Zeballos 1547 y buscó a su padre en la oficina del local. Esa tranquilidad se transformó en nerviosismo cuando la sospecha de que algo malo le pasaba a su papá creció y se tornó realidad al ver, a través de la ventana del departamento, el cuerpo sin vida de su viejo. “Las llaves estaban puestas, pero no era la primera vez que pasaba porque es confiado. Ya ha dejado las cosas así pero no me preocupé. Como la puerta de la oficina estaba abierta y no lo vi, fui hasta el quiosco de la esquina de Paraguay al 1400 porque a veces va a tomar algo, y tampoco estaba. Volví al estacionamiento donde hace algo más de siete años que mi padre está a cargo debido a que mi hermano es el propietario y toqué timbre otra vez. Nadie contestó”, relató conmocionado ayer después del mediodía en diálogo con El Ciudadano el hombre.

Luego de unos minutos una angustia comenzó a crecer dentro del hijo de Masabeu, según el mismo reconoció. “Como no lo encontraba y no me atendía la puerta de su casa, que está ubicada en el primero de los dos monoambientes que están arriba de la cochera, pedí a unos empleados de telefonía –que trabajaban en el lugar– que me prestaran la escalera. La apoyé en la pared y me asomé por la ventana. Ahí estaba mi papá arriba de la cama con la sábana en el cuello. Estábamos cansados de decirle que no dejara entrar a nadie. Que tenga cuidado. Pero era muy confianzudo”, agregó el hijo de la víctima horas después de encontrar el cuerpo de su padre con una sábana enrollada en su cuello.

La hipótesis que cobraba cada vez más fuerza al cierre de esta edición está relacionada con un robo seguido de homicidio. Sin embargo, del lugar sólo faltaban la llave de entrada de su casa y el celular de la víctima. “El hombre pudo haberle franqueado la entrada del homicida”, deslizaron voceros policiales.

Una cortina de gasa blanca con flores verdes, que iban del verde Benetton hasta mostrarse tan claras que se confundían con el fondo, flameaba desde la ventana del primer piso de Zeballos 1547 y dejaba ver ayer al mediodía las siluetas de los investigadores que iban y venían iluminados por una luz amarilla.

De la única habitación, los pesquisas recuperaron dos copas que tenían cerveza junto a otros elementos que fueron mandados a analizar para ver si aún conservan vestigios que indiquen qué pasó ayer a la madrugada, horario en que se presume alguien atacó y estranguló a Masabeu.

“El perito forense determinó que la muerte ocurrió entre 6 y 8 horas antes de que el hijo se encontrara a las 9.30 con el cuerpo. El hombre estaba desnudo, tendido boca arriba en posición transversal en su cama de una plaza con una sábana en su cuello. La mecánica pudo ser que el agresor se puso detrás, colocó la tela de cuadros celestes y azules alrededor de su cuello, cruzó los extremos e hizo fuerza hasta que el hombre de 75 años dejó de respirar”, especificaron los voceros.

Una fuente agregó que el cuerpo no presentaba golpes como tampoco el cuarto mostraba signos de que la víctima haya mostrado resistencia: “Masabeu conocía a su asesino porque la puerta de entrada no está violentada.

La oficina en la que hay un retrato de Enzo Francescoli con la camiseta de River Plate dejaba en claro de qué club era fanático el hombre; no estaba desordenada pero el cajón de la registradora estaba abierto. “Todavía no se sabe si se llevaron dinero”, continuó uno de los investigadores. 

“Era un amor de persona”

Los vecinos de Zeballos al 1500 no podían salir de su asombro cuando curiosos por ver ayer a la mañana tantos policías en la cochera del 1547 averiguaron que habían matado a Emilio Masabeu, a quien conocían como Chacho. “Era un amor de persona, hacía como ocho años que lo conocía. Él se mudó de Roldán para acá cuando se separó. Siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Invitaba a comer a las personas que estaban en situación de calle y que muchas veces pasaban por el barrio”, dijo una señora.

“La última vez  que lo vi fue ayer (por el lunes) a las 18.30. Estaba sentado en la vidriera del local de ropa de al lado que, como la chica que lo atiende viajó a Buenos Aires, estaba cerrado. Pasé y le dije a Chacho que se encierre porque es peligroso que esté afuera a esa hora. Me contestó que como era casi fin de mes iba a quedarse un poco más para ver si algún cliente le pagaba la mensualidad. Y hoy (por ayer) me entero de esto”, agregó otra mujer, quien aseguró que la cochera era el punto de encuentro de varios vecinos. “Cada vez que pasaba siempre estaba con alguien. Era muy buena persona”, recordó la señora.

Por su parte, unos de los transeúntes que se mantuvo en el transcurso de la mañana cerca del perímetro delimitado por la Policía, para que nadie ingresara al departamento y a la zona de la cochera, se acercó a la ronda de vecinas y contó que no podía creer lo que había pasado. “Era mi amigo, un buen hombre que tenía problemas cardíacos pero se lo veía bien, el mes pasado cumplió los 75”, recordó.

Para todas las personas que ayer vieron cómo personal de Bomberos Voluntarios y del Sies retiraban los restos de Masabeu, el asesino fue alguien que conocía a Chacho y se abusó de la confianza que siempre le brindó al prójimo.

El caso es investigado por la sección Homicidios de la UR II, la comisaría 2ª y el Juzgado de Instrucción en turno.