“Anoche me dijo: «Comprame un arma porque me van a matar»”, relató ayer Mónica, la madre de Gustavo Chamorro, entre somnolienta y shokeada. Los temores de su hijo de 17 años se hicieron realidad ayer a las 12.45 cuando llegaba a un descampado que está circundado por Bermúdez, Boquerón y Batlle Ordóñez –en la zona sur– y dos jóvenes en moto lo alcanzaron y le efectuaron al menos dos tiros. El adolescente se desplomó frente a la mirada atónita de sus amigos que estaban refugiados del sol del mediodía en la sombra de los pinos. Uno de los chicos lo cargó en la moto y casi voló hasta el hospital Roque Sáenz Peña, donde trataron en vano de reanimarlo. Para las 13.30, la víctima, conocida en el barrio como Moñó, había muerto. Sus agresores, dos adolescentes de 17 y 15 años, quedaron presos.
“Estos pibes que lo mataron, el Kun de 15 y el otro que tiene 17, lo molestaban porque hace unos días los cagó a trompadas a los dos. El otro día le pegaron unos tiros y antes de eso uno le dio varios culatazos en la cara. Por eso quería el arma, porque tenía miedo. Pero le dije que no, porque qué hacía si él mataba a alguien”, recordó la mamá de Moñó en diálogo con El Ciudadano.
“Eran de la misma barra. Muy amigos. Pero hace un tiempo se pelearon, no sé por qué. Lo que sí sé es que uno de los que lo balearon, que ahora cumple 18 años, tenía que estar preso porque baleó en la espalda a otro chico del grupo y la jueza lo soltó hoy (por ayer) a la mañana. Y me vino a matar a mi hijo”, se resignó Mónica, quien anoche mostraba signos evidentes de llanto.
En ese sentido, fuentes policiales corroboraron la versión de la mujer sobre la prisión domiciliaria que tendría que haber cumplido el mayor de los agresores.
“El adolescente está domiciliado cerca de la casa de Moñó y anteanoche estuvo preso en la subcomisaría 20ª, acusado de ser el autor de un robo calificado ocurrido el 11 de este mes, donde la víctima recibió un tiro en la espalda”, dijo un vocero de la investigación.
Según las fuentes, el chico fue entregado a sus padres y quedó con arresto domiciliario hasta el lunes, cuando debía presentarse ante la jueza de Menores en los Tribunales provinciales.
A su vez, los pesquisas investigan si el ataque al adolescente fue porque estos pibes pensaban que la víctima los había delatado ante la Policía por ese hecho.
Acerca de la mecánica del crimen, los testigos señalaron que estaban reunidos con Moñó en el descampado de Bermúdez y Boquerón cuando se presentaron dos pibes en moto, el de 15 apodado Kun manejaba y el de 17 fue el que se bajó, apuntó a la pierna derecha del joven y efectuó el primer disparo.
Según los pesquisas, el tiro obligó al chico a doblarse, ya sea por el dolor o por una cuestión natural que hace que por instinto uno se cubra y, en ese momento, su ex amigo lo remató con un segundo proyectil que le pegó en la espalda y le salió por la boca.
“A Gustavo lo llevó uno de los chicos en moto porque si llamábamos a la ambulancia no llegaba. Cuando entré a la guardia, salió una médica y me dijo que no tenía signos vitales y que lo iban a tratar de reanimar. Al ratito me avisaron que estaba muerto. Dijeron que tenía tres tiros pero hay que esperar hasta que terminen de hacerle la necropsia”, agregó Mónica, quien no se cansó de remarcar que su hijo no tenía antecedentes y que el día anterior había pasado toda la noche y la mañana haciéndole compañía.
Por su parte, los agresores fueron detenidos casi tres horas después en la misma zona. El adolescente de 17 años fue trasladado al Irar y el Kun, de 15, fue a parar al Instituto de Protección al Menor. Hoy, ambos deberán brindar declaración ante el juez a cargo de la causa.
El caso es investigado por el Juzgado de Menores en turno, con la colaboración del personal de la subcomisaría 20ª.
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