Un tiroteo a 300 kilómetros que dio la pista de un asesinato en Baigorria

Osvaldo Hugo Colman tenía 54 años, estaba divorciado, era hincha de Newell’s y vivía solo. Llevaba la vida de un hombre común. Sus vecinos de barrio Martín Fierro de Granadero Baigorria, a cinco días de la noticia, continuaban ayer consternados por su asesinato.

Lo encontraron en su casa en perfecto orden con una sábana enroscada al cuello y numerosas puñaladas. Tenía un brazo seccionado que según las pericias policiales fue desprendido del tronco con una herramienta filosa tipo serrucho.

Quienes lo conocían resaltaban ayer dos aspectos sobre su vida. Uno, a viva voz, que era un vecino amable y trabajador. El otro circulaba bien por lo bajo y es, para los investigadores, el que tuvo directa relación con su final, motivado en cuestiones pasionales.

"Tenía una novia y una historia con un travesti. Este descubrió la relación con la mujer y lo mató", aseguró un muchacho que vive en Pancho Ramírez al 600, la cuadra donde vivió y murió Colman, de quien ofreció numerosos detalles. Esa conjetura es firme para los investigadores. Ayer la persona acusada, que tiene 23 años, fue llevada a Tribunales. Allí no habló. Antes había aceptado tener una relación con la víctima, pero negó ser el autor del homicidio.

El automóvil. La tarde del martes fue movida en la comisaría 24ª de Granadero Baigorria. Como informó LaCapital el miércoles último, pasadas las 17 un hombre alertó a la policía que su hermano, Osvaldo Hugo Colman, yacía muerto en el patio de su casa, en Pancho Ramírez 627. El cuerpo estaba envuelto en una frazada con diversos cortes punzantes. Según el forense que lo revisó para entonces llevaba unas 50 horas sin vida.

Casi en paralelo al trabajo policial en la escena del crimen, a la comisaría 24ª entró un llamado desde la seccional 49ª de Policía Federal de la ciudad de Buenos Aires. Desde la seccional del barrio Saavedra requerían información respecto a un Peugeot 405 que había sido secuestrado el lunes a la noche tras un tiroteo. El auto le pertenecía a Osvaldo Colman. El incidente había ocurrido cerca de las 21 y por el hecho había sido herido con un balazo en una pierna Carlos A., de 23 años, travesti que también respondía al nombre de fantasía de Regina (ver aparte). Apareció así la punta de la principal hipótesis para la pesquisa.

Carlos A. fue detenido el lunes por la noche en el barrio porteño de Saavedra y el viernes vía exhorto judicial fue trasladado a Rosario. Ayer se abstuvo de declarar ante la jueza de Instrucción María Laura Sabatier, que lo dejó detenido.

En la sede policial, el acusado reconoció haber mantenido una relación regular con Colman y aseguró que éste usualmente le prestaba el auto en el que fue apresado. No tiene prontuario ni registro de antecedentes penales. Este fin de semana y hasta que le encuentren un lugar de alojamiento quedó preso y asilado en la comisaría 30ª, de barrio Fonavi Parque Field II.

Barrio de trabajadores. Pancho Ramírez entre Ituzaingó y Liniers, en el Martín Fierro de Baigorria. Un barrio al que llega la línea de colectivos 143. A 150 metros de las vías y a unos 500 metros de la calle Eva Perón, hace poco más de dos años compró una casa Osvaldo Colman. Calle de tierra y vecinos viejos. "En el barrio estamos molidos porque acá nunca pasó nada", comentó Gastón, un vecino veinteañero. Gastón estaba a punto de hacer reparaciones al Peugeot 405 que su matador se llevó del lugar. Colman trabajaba en una pyme que era contratista de la Empresa Provincial de la Energía (EPE).

"Era un buen vecino, trabajador, no se lo veía mucho, pero jamás negaba una mano", dijo en un castellano con acento italiano, Chichina, una de las doñas del barrio que vive medianera de por medio.

Tras su divorcio Colman compró la casa en el barrio y dejó Rosario. "Vivía solo, no se metía con nadie, no hacía locuras y le gustaban todas", comentó el vecino veinteañero que pidió anonimato. "Pasaba un fin de semana con sus hijas —dos gemelas adolescentes— y otro con sus amigos", explicó el muchacho.

El crimen. Cuando los pesquisas entraron a la vivienda de Colman el martes a la noche fueron recibidos por los dos perros del dueño de casa, uno de ellos de raza Dálmata. Caminaron por el interior de la vivienda y salieron a un patio trasero de unos 10 metros por 9, de césped bien cortado y parrillero al fondo.

En una de las medianeras laterales, casi a la mitad del patio, se puede observar pintado a mano un escudo de Ñuls con una leyenda que decía: "Nací para quererte/ viviré para alentarte". Al lado de la entrada a un rudimentario galponcito, con una bandera de la lepra al ingreso, estaba tirado el cuerpo de Colman.

Estaba desnudo de la cintura hacia abajo, envuelto en una frazada. La causa de la muerte no fueron las puñaladas sino asfixia mecánica: lo encontraron con una sábana al cuello enroscada tipo torniquete. La autopsia postula que el crimen habría sido el sábado 24 por la tarde. Está descartado que el brazo haya sido seccionado por los perros porque no hubo indicios de desgarro: fuentes de la Sección Homicidios señalaron que el tipo de corte sugería la acción de un serrucho tipo sierra o cuchillo dentado.

Por Leo Graciarena / La Capital