Vuelco en Diamante: cae otro rosarino por matar a policías

La investigación del asesinato de dos policías en Diamante la madrugada del domingo dio un vuelco sorprendente. El juez de Instrucción de esa ciudad ordenó la detención de un joven de 26 años como autor de la ejecución a mansalva de los uniformados ocurrida en plena calle.

Eso implicó un claro beneficio en la situación procesal de la persona que estaba presa desde el domingo y a la que la policía señalaba como responsable del hecho: un rosarino de 32 años que reivindicaba desde el primer momento su inocencia.

El detenido de ayer también es oriundo de Rosario. Fue identificado como Julio Ricardo F. Desde ayer está preso como autor de los disparos que mataron a Elio Muñoz, de 25 años, y Marcelo Zárate, de 43, dos suboficiales de la policía de Diamante, ciudad ubicada a 130 kilómetros de Rosario y 50 de Paraná, donde ayer hubo dos movilizaciones de vecinos en reclamo de esclarecimiento del hecho.

A Julio Ricardo F. lo apresaron en la zona de islas frente a la ciudad de Paraná. Fue derivado luego al penal de la capital entrerriana.

El primer detenido, Mauro Ramón R., había superado la prueba de dermotest, que señalaba que no había evidencia de pólvora en sus manos, lo que sugería que no había efectuado disparos. No obstante la policía entrerriana señalaba que, antes de morir, uno de los suboficiales alcanzó a balbucear a un compañero que su agresor era el detenido.

¿Cómo se salva este equívoco? Fuentes policiales reportaban ayer que en realidad el suboficial baleado dijo: "Nos quemó el rosarino". Lo que implica necesariamente al nuevo apresado. Y que las apariencias físicas de ambos son semejantes.

Adelante. Fuentes judiciales consignaron que el juez Jorge Barbagelata Xavier no cesó su actividad investigativa con la primera detención. Y que se concentró en que entre las anotaciones que tenía en su libreta el cabo Zárate figuraba el nombre de Julio Ricardo F., un hombre también oriundo de Rosario, con su familia residente en Diamante, que había estado en la cárcel de Ezeiza y que tenía antecedentes penales por tráfico de estupefacientes.

En la pesquisa la policía, con orden judicial, fue a entrevistar a familiares de Julio F. Según dijeron, el testimonio de una cuñada resultó decisivo en su contra: aseguró que este hombre había aparecido con gran exaltación la madrugada del crimen y que le había dejado ropa para que lavara que tenía manchas de sangre y se había cambiado de vestimenta.

La madre de este segundo sospechoso, además, habría declarado que le entregó a su hijo un bolso con fotos familiares y una campera. Ese bolso fue encontrado en inmediaciones del lugar del crimen con las fotos en su interior tal como lo había consignado la madre antes del hallazgo.

Discordancias. El jefe de policía provincial, Roberto Massuh, aclaró que la investigación no había terminado con la detención del primer sospechoso. "En la causa hay indicios que relacionan a los dos, con el avance se determinarán las responsabilidades, pero partiendo de los testimonios y las pruebas recolectadas", señaló. El primer día del caso, el director de Investigaciones de la policía entrerriana, Carlos Shmunk, había dicho a La Capital que las pruebas contra el primer detenido eran "abrumadoras".

El episodio criminal que sacude a la ciudad entrerriana está ensombrecida por sus extraños entretelones a lo que se suma una sorda pero elocuente querella entre el intendente de Diamante, Juan Carlos Darrichón, y el juez Barbagelata, que recibió una denuncia sobre un presunto desfalco con fondos municipales.