Una cruenta salidera expone cómo actúan los delincuentes en el banco

Los roles en la banda estaban bien definidos. Haciendo realidad aquel refrán que dice “las apareciencias engañan”, dos de los integrantes ingresaban al banco vestidos con prolijos trajes oscuros. Disfrazados de empresarios o ejecutivos con portafolio incluido,

la misión era acechar a las víctimas que elegían al azar de acuerdo a lo que podían detectar mediante una atenta observación en el sector de cajas.

   En este caso fue una pareja que había retirado 18 mil pesos de un banco de San Lorenzo. Cuando las personas ya seleccionadas abandonaban la entidad con el dinero en su poder, uno de los falsos clientes salió detrás. Era el encargado de “marcar” el objetivo al resto del grupo, dos muchachos que aguardaban muy cerca de allí montados en una moto de alta cilindrada. Mientras eso ocurría, el otro hombre de traje se quedaba en el interior de la entidad y sin levantar sospechas retiraba unos minutos más tarde.

   Así se ponía en marcha un tipo de atraco que hace estragos en la zona de Rosario. Este, con ribetes espectaculares, ocurrió en San Lorenzo, donde son menos frecuentes. Estuvo en manos de un grupo de cuatro muchachos tucumanos que fueron detenidos la semana pasada, uno de ellos en Granadero Baigorria y el resto en la provincia de Santiago del Estero cuando intentaban huir hacia el Jardín de la República.

   Ellos son Diego Ariel L., de 33 años, sindicado como jefe de la banda; Víctor V., de 28; Franco V., de 17, y Jesús Franco A. de 30 años. Los mayores están a disposición del juez de Instrucción Eduardo Filloco, mientras que el adolescente a cargo de un juez de Menores. El robo por el que cayeron sucedió al mediodía del jueves 24 de junio. La pareja fue abordada en San Martín y Doctor Ghío, en pleno centro de la ciudad. Para apoderarse del dinero, los delincuentes actuaron con mucha violencia: efectuaron un disparo al aire y le abrieron la cabeza a la mujer de un golpe. Después huyeron a toda velocidad en contramano y estuvieron cerca de causar un grave accidente de tránsito.

Los investigadores de Unidades Especiales de la Unidad Regional de San Lorenzo, a cargo del comisario Carlos Avalos, tuvieron a su favor lo singular o el rasgo inédito del alto. No suele haber salideras bancarias de esos rasgos en esa región del cordón industrial y eso los llevó a sospechar que los autores podrían ser personas de otro lugar. Uno de los indicios que orientó a los detectives fueron las imágenes captadas por las cámaras de video del Banco Francés, que exhibían el sospechoso y sincronizado movimiento de dos hombres en la zona de caja en torno a la pareja que minutos después sería asaltada en la calle.

   La pesquisa demostró que los tucumanos conformaban una banda organizada que habría cometido hechos de la misma naturaleza en otros puntos del pais. A esa conclusión llegaron al comprobar que el grupo arribó a Santa Fe en un Mitsubishi que estaba a nombre de Carla B., la pareja de Diego L., quien vive en San Miguel de Tucumán, y que la moto usada en los atracos era una Honda 400 Falcon que también estaba registrada a nombre de Carla. La misma moto, según fuentes inobjetables, aparece mencionada en causas judiciales abiertas en Resistencia, Chaco, por un caso de robo calificado.

   Ese rodado llegó a Rosario por medio de un servicio de flete contratado por la propia Carla con la empresa Expreso Líder. Diego L. o alguno de sus compinches retiró el vehículo del depósito que la firma posee en el sur rosarino, previo pago de unos 700 pesos. El arribo de la moto quedó registrado el 14 de junio, pero los tucumanos llegaron a la zona del Cordón Industrial el lunes 21 de junio, es decir tres días antes del asalto en el centro de San Lorenzo.

   ¿Qué hicieron en esa semana? Esa pregunta aún no pudo ser respondida. Pero el día en que comenzaba el invierno los norteños se instalaron en una de las cabañas que se alquilan en el camping municipal de Puerto San Martín, a la vera de la autopista a Santa Fe. Los investigadores supieron que no era la primera vez que el grupo paraba allí. El año pasado también estuvieron en el predio por unos días, según contaron los encargados del lugar.

   Dos días después del asalto en San Martín y Doctor Ghío, el sábado 26, los pesquisas recibieron información de “calle” indicando que en el camping de Puerto estaban hacía pocos días cuatro tucumanos, algunos con antecedentes penales. Una comisión encabezada por Avalos acudió ese día al lugar, pero los visitantes ya se habían retirado. El encargado del predio contó que eran cuatro hombres que se movían en un Mitsubishi y en una moto de alta cilindrada y que esa mañana anunciaron que se irían. Tenían reservado hasta el martes 29.

La huida

“Algo los hizo salir disparando. Fue la detención, casi casual, esa mañana, de Víctor V, uno de los tucumanos de la banda, quien dejó por unas horas al grupo para ir a ver a una novia en Granadero Baigorria. Iba en la Honda y lo paró un control policial que lo demoró en la seccional 24ª porque la moto estaba floja de papeles. Creemos que el resto de la gavilla pudo recibir un mensaje de que Víctor estaba demorado y eso haya adelantado la vuelta a casa. Víctor V. guarda gran parecido con uno de los tipos que aparecen en el video del banco”, contó una fuente del caso.

   Pero lo que selló la suerte del grupo fue el hallazgo en la cabaña donde paraba la banda de un acta de infracción por estacionamiento indebido, que el apuro por la repentina fuga quedó olvidada en la casita. El día, la hora y el lugar donde se produjo la infracción conectaba al ya mencionado Mitsubishi con el atraco del 24 de junio. Así los investigadores supieron que era un vehículo radicado en Tucumán a nombre de Carla B.

   “El 24 de junio, en hora aproximada al robo, un inspector municipal les hizo una multa porque dejaron el coche una parada de colectivo, a 20 metros del banco Francés”, describió la fuente. En base a los datos del auto que ubicaba a la titular en San Miguel y en el arresto preventivo de Víctor V. en Baigorria, con su domicilio ya confirmado en aquella provincia, los efectivos de San Lorenzo lanzaron un alerta radial a todo el país, pidiendo la captura del coche.

   El Mitsubishi, con los otros tres miembros de pandilla, fue interceptado por la policía santiagueña en un puesto de Palo Negro, cerca de la localidad de Selva. Bajo un plástico de la palanca de cambios llevaban un revólver. También tenían los trajes que supuestamente utilizaron para entrar al banco y el maletín con el que uno de ellos quedó retratado en el video.

Transferencia

La banda que cometió la salidera en San Lorenzo no dejó detalle librado al azar. Al día siguiente del asalto, el viernes 25 de junio, el presunto jefe de la gavilla giró el dinero de un banco de esa ciudad a otro en San Miguel de Tucumán. La destinataria del botín fue su pareja, que cobró por ventanilla cinco horas después.

Por Ariel Etcheverry / La Capital