El tiempo - Tutiempo.net
Home » , » Pasado y presente de una banda dedicada a los "malos" negocios

Pasado y presente de una banda dedicada a los "malos" negocios

Written By Charles Francis on 01 julio 2010 | 22:06

Ya han pasado dos meses desde la fatal emboscada a la barra brava de Newell’s Old Boys en el sur de la ciudad, hecho que le costó la vida al pibe Walter Cáceres, de 14 años. Y pasaron dos semanas desde que un megaoperativo policial ordenado por la jueza Raquel Cosgaya,
 en el marco de la investigación de esa causa, desarticulara en el barrio Las Flores a la mítica banda de Los Monos, de la cual se sospecha que no sólo aportó la logística y el armamento para el ataque contra los micros leprosos sino también la mano de obra. Entre los detenidos en aquel procedimiento están Ariel Máximo Cantero, de 45 años, y su hijo mayor, Claudio Ariel, de 26 y conocido como El Pájaro, quienes están sindicados como los líderes del clan que maneja la droga y el delito en el mencionado barrio. Los dos fueron trasladados a la cárcel de Coronda después de que una denuncia anónima alertara a la policía de que la seguridad de los Cantero estaba en jaque.

Desde el mismo momento en que ocurrió aquel trágico episodio, la madrugada del pasado 4 de febrero a la vera de la autopista Rosario-Buenos Aires, frente al barrio Las Flores, los más experimentados pesquisas y conocedores de Los Monos dijeron que la banda estaba detrás del ataque. "Ningún hecho delictivo de estas características puede ocurrir en ese lugar sin conocimiento de ellos. Nadie puede andar airoso por las calles de Las Flores, armado hasta los dientes y con intención de semejante ataque a la madrugada si no es con la venia de Los Monos", dijo un veterano policía que participó de las detenciones de algunos de los integrantes del clan. Y esas sospechas se fueron haciendo realidad con el paso de los días y el avance de la investigación.

Todo empezó a develarse cuando una joven madre de 20 años llegó a los Tribunales para denunciar que su pareja la maltrataba permanentemente. Además, tiró sobre la mesa del despacho de la jueza Roxana Bernardelli (por entonces al frente de la causa) los datos que permitieron empezar a desenrollar la madeja. Dijo que su concubino, Carlos Fernando El Chino Fleitas, vendía drogas para Los Monos, más específicamente para El Guille Cantero, hijo menor del líder de la banda. Y que cuando ella intentó denunciarlo por las agresiones físicas en la comisaría 11ª no la recibieron porque el muchacho “pagaba” para que lo dejaran trabajar libremente. También contó haber sido testigo de un par de conversaciones de su novio que, vía Nextel, recibió la orden de atacar el colectivo de la barra y después anunció que el hecho se había consumado.

Toda esa información terminó en el juzgado de Raquel Cosgaya, ante quien días más tarde se presentó Fleitas. En los allanamientos realizados en su vivienda y en la de sus familiares se hallaron numerosos elementos de prueba que no sólo enriquecieron la causa por el ataque mortal a la barra sino que también confirmaron la relación de Fleitas con Los Monos. Será por eso que en la semana que termina, la joven pareja de El Chino tuvo que ser internada en el hospital Provincial tras sufrir una intoxicación con tranquilizantes. “La piba está con mucho miedo. Abrió demasiado la boca”, dijo un pesquisa.

Los Monos. “Es muy difícil que alguien se pueda aguantar una denuncia contra Los Monos. Ellos tienen muchas formas de hacer sentir la presión”, explicó una fuente.

La banda tuvo su origen en el barrio Las Flores y la villa La Granada —donde hoy está el casino— y se ganó un espacio en la crónicas policiales cuando a principios de siglo comenzó una guerra sin cuartel, a sangre y fuego, contra Los Garompas, otra gavilla del barrio actualmente desarticulada y con varios de sus integrantes tras las rejas. Los Monos ganaron esa pelea, que se saldó con una veintena de homicidios. “Ellos son la muestra de que hay bandas delictivas que en Rosario le sacaron diez vueltas a las fuerzas de seguridad. Tienen lo mejor: los mejores autos, las mejores armas, la mejor logística, la mejor tecnología. Son una empresa”, explicó un pesquisa.

El investigador explicó que la banda “tiene su grupo estable pero también terceriza trabajos”, por lo que es imposible saber hasta donde llegan sus líneas. Su poder se extendió por la ciudad y se estima que al día de hoy controlan directamente un tercio del mapa rosarino de venta de estupefacientes. Además, “están metidos en la dos barras de los clubes grandes de la ciudad, a las que no sólo proveen de droga sino que le brindan protección”, aseguran.

Este poder no podría haber sido acumulado sin el guiño o la tolerancia de algunos funcionarios policiales, algo desmentido categóricamente por buena parte de la fuerza rosarina mientras los otros uniformados se sonríen. Si bien en un principio se habló de Los Monos como una banda de narcos, hoy manejan entre tres y cuatro actividades diferentes. “Un tercio de su negocio es la droga, otro la venta de protección y el tercero el cobro de impuestos. Son una especie de AFIP del mercado ilegal. Le cobran tributo a otros elementos del mundo delictivo, entre ellos a las barras bravas (que pagan unos 10 mil pesos por mes) para dejarlos trabajar”, explicó el vocero. “Ahora están apareciendo casos que hacen pensar en que también están en la usura”, indicó.

Nadie se anima a calcular los números de este fenomenal emporio delictivo. “Todos sus negocios, a excepción de la droga, tiene un precio subjetivo. ¿Cuánto vale tu seguridad? Es muy difícil saber de cuánta plata estamos hablando”, indicó un vocero. Pero otro investigador policial se sinceró al hablar de los 40 mil pesos que se encontraron en el allanamiento del 30 de marzo en la casa de Ariel Máximo Cantero, en Caña de Ambar al 1800: “Eso se caja chica, el cambio”, dijo mientras fabulaba al sostener que en algún lugar de Las Flores hay un sótano con varios millones de pesos guardados. Y que, incluso, cuando los Cantero compran vehículos en alguna concesionaria, pagan la seña con cuantiosos fajos de billetes de baja denominación.

Estructura piramidal. Cuando los policías hablan de Los Monos definen a la banda como una estructura mafiosa, piramidal, con jerarquías. Algo simiilar al organigrama de una fuerza de seguridad. Además, reconocen que interactúan con otros grupos. Una fuente recordó que cuando Ariel Máximo Cantero fue baleado a una cuadra de su casa, en un oscuro episodio ocurrido el último invierno, varios delincuentes se ofrecieran para buscar venganza. “En la calle se decía que fue un policía de civil que había ido a arreglar con El Ariel un problema por un quiosco de drogas en jurisdicción de la comisaría 11ª, se asustó y lo baleó. Eso casi termina en una cacería”, recordó el oficial. También hizo hincapié en que la banda utiliza una red de testaferros para camuflar no sólo sus bienes sino también sus acciones. “La que aparece como dueña del Mini Cooper que se le secuestro a El Guille Cantero en su casa, es una mujer que cobra un Plan Trabajar y tiene los pibes anotados en la asignación universal por hijo”, relató.

Según allegados a la causa, el líder de la banda es Ariel Máximo Cantero, con antecedentes en la justicia provincial y federal. El Ariel, como lo llaman, está al frente de Los Monos desde mediados de 2003, cuando heredó el mando de Juan Carlos Fernández, El Mono Grande, quien desapareció en la desembocadura del arroyo Frías. Su cuerpo nunca fue encontrado, pero eso no impidió que la sucesión siguiera los pasos previstos. El jefe está en libertad asistida desde el 26 de octubre de 2008, cuando salió de Coronda tras cumplir una condena de 2 años de prisión efectiva impuesta en agosto de 2004 por el juez de Sentencia Ernesto Genesio por portación de arma. Antes había purgado una pena de 4 años de prisión por narcotráfico dictada por un tribunal federal correntino. En la línea de mando le sigue Claudio Ariel Cantero, El Pájaro, detenido con su padre el 30 de marzo. El tercer escalón lo ocupa El Guille.

Carlos Varela, defensor junto a Adrián Martínez de la familia Cantero, indicó que “todos los problemas que tuvo Ariel Máximo con la ley lo pagó con cárcel. Y su hijo Claudio no tiene antecedentes penales. No es cierto que se lo buscara por un homicidio, como dijo la policía cuando los detuvo”. Y agregó: “Nosotros no defendemos el pasado de los clientes, sino hechos puntuales. Y en el caso en el que se los acusa no hay testigos que coloquen a nuestros clientes en el lugar de los hechos”, explicó.

“Para Los Monos el poder no se discute. Son tipos que han matado por un caballo. No hay forma de discutir”, relató una de las fuentes consultadas. Y agregó que “ellos se mueven muy bien en los grises que genera la estructura policial, en la cual los celos y la competencia muchas veces lleva a que no se comparta información. Hasta que no haya un nivel de confianza que nos permita trabajar a todos juntos, esto va a estar lleno de grises”, explicó.
Por Leo Graciarena / La Capital
Share this article :

1 comentario:

  1. “Para Los Monos el poder no se discute. Son tipos que han matado por un caballo. No hay forma de discutir”, relató una de las fuentes consultadas. Y agregó que “ellos se mueven muy bien en los grises que genera la estructura policial, en la cual los celos y la competencia muchas veces lleva a que no se comparta información. Hasta que no haya un nivel de confianza que nos permita trabajar a todos juntos, esto va a estar lleno de grises”, explicó.
    Por Leo Graciarena / La Capital

    ResponderEliminar

Todo lo que puedas aportar para mejorar este Blog será bienvenido. Opiniones, Historias, Fotos, etc. Puedes hacerlo también a mi e-mail: charlesfrancis1953@hotmail.com
Por todo; Gracias.-
Carlos

HISTORIA DE UNA BANDA

 
Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. LA CHICAGO ARGENTINA - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Published by Mas Template
Proudly powered by Blogger