LA HISTORIA EN LA NOMENCLATURA
Monseñor Juan Agustín Boneo, administrador apostólico del arzobispado de Buenos Aires y jefe de la Iglesia en la Argentina desde noviembre de 1924, no descuidó a 10 largo de su gobierno la organización eclesial en los distintos barrios de la ciudad de Rosario ni mucho menos de las poblaciones rurales.
Por indicación del vicario general de Rosario, monseñor Olaizola, procedió, el 3 de marzo de 1927, a erigir cuatro nuevas parroquias en esta ciudad: Nuestra Señora de Lourdes, María Auxiliadora, San Francisco Solano e Inmaculado Corazón de María.
Monseñor Olaizola, conocedor del crecimiento de la urbe y de los tiempos tan dificiles, a 10 largo de un año de gobierno, impulsó la creación de las cuatro parroquias.
Bien pronto a través de ellas se logra no sólo la asistencia espiritual, sino también en los campos de la educación, la asistencia caritatiiva y social, la atención a los ancianos y los enfermos.
El servicio a los pobres durante esos años de llegada de los inmigrantes y de una profunda crisis económica y la c;onso1idación de los lugares donde se asentaron en las grandes ciudades fue notable, ejemplo de ello puede tratarse en la historia de los barrios de nuestra ciudad. (Barrio Belgrano, Barrios Azcuénaga, Barrio La Guardia, entre otros).
Bien pronto a través de ellas se logra no sólo la asistencia espiritual, sino también en los campos de la educación, la asistencia caritatiiva y social, la atención a los ancianos y los enfermos.
El servicio a los pobres durante esos años de llegada de los inmigrantes y de una profunda crisis económica y la c;onso1idación de los lugares donde se asentaron en las grandes ciudades fue notable, ejemplo de ello puede tratarse en la historia de los barrios de nuestra ciudad. (Barrio Belgrano, Barrios Azcuénaga, Barrio La Guardia, entre otros).
Corrían los años de la década de 1870, Rosario tenía alrededor de 25.000 habitantes, tranvías arrastrados por caballos, alumbrado a queroseno en los suburbios y faroles a gas en el centro. La ciudad se comunicaba con Buenos Aires por telégrafo, los ingleses jugaban al críquet en la Plaza López o viajaban en los trenes del Central Argentino hasta Córdoba.
En una ciudad en constante crecimiento se hacía necesario un plan de organización urbanística. El 13 de junio de 1873 se dicta una ordenanza que organiza a Rosario en cuatro secciones claramente delineadas: ciudad, extramuros, suburbios y bajo. Por la norma se crean también tres aldeas: Saladillo, San Francisquito y Ludueña, con el propósito de planificar el trazado urbano.
Las cuatro secciones limitaban por la llamada ronda de bulevares. Como ejemplo cabe citar que los extramuros estaban por fuera de la ronda avenida Francia y bulevar 27 de Febrero.
Para nuestro trabajo nos interesa la primera ronda formada por los bulevares Oroño y Pellegrini (entonces bulevar Santafesino). Bien pronto el bulevar Argentino (hoy Oroño) se constituyó en el límite oeste del centro y lugar obligado para que las grandes familias rosarinas enriquecidas con el negocio inmobiliario, el cereal, el puerto y los negocios de exportación e importación establecieran sus grandes mansiones que, de acuerdo con los cánones arquitectónicos de la época, debían ser de estilo francés.
Durante el año 1901 el progresista intendente Luis Lamas creó, no sin la oposición de los magnates de la especulación inmobiliaria, el Parque Independencia.
El Parque no tardó en convertirse en cita obligada de la sociedad rosarina, lugar de los más variados festejos y sede de instituciones deportivas.
Detrás del bulevar Timbués (hoy avenida Francia) la Compañía Echesortu y Casas había loteado en varías etapas todo un sector del oeste, el límite este de la urbanización lo constituyeron la calle Vera Mujica y con más precisión la vías del Ferrocarril Central Argentino. Encerrado por estos límites: Calle· Córdoba bulevar Oroño avenida Pellegrini Vera Mujica, quedó un sector donde se fueron instalando talleres y depósitos municipales, la Unidad Carcelaria, los depósitos de las Empresas de Tranvías y oficinas sobre la calle Plata (hoy Ovidio Lagos). En la zona se instalaron industrias menores, varios clubes, el recordado cine Cervantes (San Juan al 2400) y escuelas muy importantes. Algunos tramos de vías del tranvía, calles con adoquines y casa como las del Pasaje Monroe, son testigos de la historia del barrio.
Como señalamos al principio de nuestro trabajo el 3 de marzo de 1927 se erigió la parroquia Nuestra Señora de Lourdes estando integrada su comisión por los señores: Luis P. Suárez, Luis Pinasco, Alfredo J.Rouillon, Pedro J. Alcacer, y Benjamín Rodríguez de la Torre, entro otros.
Por Ernesto A Ciunne
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