Nació en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Era todavía un adolescente cuando comenzó a cantar, acompañado de su guitarra, en las peñas y cafés de su
ciudad natal y de los alrededores.
ciudad natal y de los alrededores.
En Radio Mitre, debutó en el programa “La matiné de Juan Manuel” y actuó en la confitería “La Querencia” de la avenida de Mayo, donde participaban diversos números de tango, folklore y de cante español, hasta que fue requerido por el director Francisco Rotundo para cantar en su orquesta.
A mediados de 1948, Aníbal Troilo sufrió la desvinculación de Floreal Ruiz, que se fue tentado por un importante contrato que le ofreció Rotundo. Entonces, “El Gordo”, sin titubear, hizo un enroque y se llevó a Calderón a sus filas.
El otro cantor de la orquesta era Edmundo Rivero, con quien debutó a dúo en el disco, en marzo de 1949, con el tango, “Una lágrima tuya”. Luego, hacen también, el vals de Germán Videla y Carlos Montbrún Ocampo, “A unos ojos” y la milonga “Miriñaque”, de Alberto Mastra. Como solista graba, el que fue su primer éxito, el tango “Cuando volverás”.
El 26 de octubre de 1949, Rivero hizo su grabación final con Troilo, el tango “Tú”, y en el acople, la voz de Calderón con “Y volvemos a querernos”. Este disco sería el último de la orquesta en el sello RCA-Victor, después de nueve años consecutivos de grandes éxitos. A partir de ese momento, Calderón se quedó solo, hasta la incorporación de Jorge Casal, en marzo de 1950.
Lamentablemente, el rompimiento contractual de Pichuco con esta empresa fonográfica, no permitió la edición de varios temas grabados por ambos, me refiero a “Media noche”, “Tarde”, “Atenti pebeta” y “Destellos”, entre otros.
En noviembre de ese año, Troilo volvió al disco en el sello TK y, en febrero de 1951, la última grabación de Calderón, la milonga de René Ruiz y Charrúa, “Tata no quiere”.
Después, fue contratado como solista por la Victor y por Radio Splendid, en los dos espacios lo acompañó la orquesta del bandoneonista Ismael Spiltanik, que estaba integrada por jóvenes y talentosos músicos: Leopoldo Federico, Fernando Tell, Fernando Córdoba y Spitalnik (bandoneones); Alberto “Tito” Besprovan, Simón Braiman e invitado David Díaz (violines); Alcides Rossi (contrabajo) y Atilio Stampone —por un año—, luego Armando Cupo (piano).
El primer disco, fue en marzo de 1952, “De vuelta al bulín” y en el reverso, el estilo de Vicente Galleri, “Ansina es la madre mía”. También grabaron “Oración rante”, “Qué querés con ese loro” y, los más destacados: “Murmullos” y “Será una noche”. En total —hasta mayo de 1954—, 14 registros.
A partir de 1956, se dedicó a hacer giras por el interior del país, acompañado por distintos conjuntos de guitarras, con repertorio más folklórico que tanguero. Pasaron algunos años y regresó a Rosario, donde vivió hasta su muerte, cuando apenas tenía 59 años.
Fue un cantor que nos dejó con las ganas. Su carrera artística creció y se desarrolló rápidamente, en un lapso muy breve y, en una época donde las grandes orquestas comenzaban a sufrir los primeros embates de la crisis del tango. No obstante, el testimonio de su calidad interpretativa se conserva en sus discos, que no fueron muchos, pero suficientes para apreciarla en su real magnitud.
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Carlos