El final previsible

El final previsible de un chico escrito con sus propios trazos.  Joel Alcaraz tenía 19 años y una hija de un año y medio. Su primera anotación en un juzgado de  menores la tuvo a los 14. Formaba parte de la fracción de la barra brava de Rosario Central que fuera liderada por el conocido Oscar Paco Mono Ferreyra hasta hace un año atrás cuando fue desbancado. Tenía como les gusta decir a las fuentes policiales un prontuario frondoso.

En diciembre de 2006 tuvo un paso fugaz por las crónicas policiales de La Capital cuando se supo que al dar una identidad falsa —que lo hizo aparecer de 18 años cuando tenía 16— indujo a error a un magistrado de mayores. Joel había sido capturado por la policía el viernes 24 de noviembre en el Gigante de Arroyito cuando intentó arrebatarle el bolso a una mujer. Al ser atrapado dio el nombre de su hermano mayor y lo llevaron ante el juez Jorge Eldo Juárez.

El magistrado le impuso la obligación de presentarse en una seccional en ocasión de partidos del equipo auriazul como parte de las restricciones a su libertad impuesta en Tribunales. Pero el miércoles 6 de diciembre de 2006 Joel cayó acusado por asaltar con armas de fuego, junto a un chico de su edad, a dos repartidores de productos lácteos en Seguí al 200 bis. Fue llevado a la comisaría 16ª donde se constató que tenía 16 años.

El siguiente. Dos meses después, tras el asalto a otro distribuidor, Joel fue apresado junto con Matías N., apodado Lela —hijo de un policía conocido por el mismo seudónimo—, quien estuvo procesado con Guillermo Torombolo Pérez por el homicidio de Norberto Acuña, ocurrido el 6 de enero de 2005 . Según los voceros consultados, Joel se habría separado de esa pandilla tras la muerte de Torombolo en febrero de 2008.

El historial delictivo de Joel llevó a algunos pesquisas a presumir que aspiraba a ocupar el lugar que dejó Torombolo. El asesinato de Martín Barreto, en junio de 2008 en pasaje Villar 119, entre Colón y Necochea, trajo de nuevo a las crónicas el apellido Alcaraz. Joel se presentó espontáneamente y tras cuatro meses en el Irar recuperó su libertad.