Una de las crónicas policiales destacadas de la semana que terminó fue la que hizo referencia al desmantelamiento de dos cocinas de cocaína en barrios de Rosario y la detención de siete personas, tres de ellas con renombre en el espectro narco local. En los operativos también se secuestraron armas, precursores químicos y unos 20 kilos de cocaína de buena calidad. Pero detrás de esos números hay otras cifras que sirven para dimensionar el golpe que se dio a la narcoeconomía de la banda. Las dos cocinas producían unos 50 kilos de cocaína de buena calidad al mes y cada kilo de esa droga en las calles se coloca en unos 7 mil pesos. Puesta en la Unión Europea, su monto sube a los 40 o 50 mil euros.
La desarticulación simultánea —el jueves— de las dos cocinas en los barrios Santa Teresita y Asturias, se dio en el marco de 10 allanamientos en distintos puntos de la ciudad en los que se incautaron 20 kilos de cocaína, 30 mil pesos en efectivo y 8 armas de guerra. También había bidones con precursores químicos —ácidos clorhídrico y sulfúrico, éter y acetona— para estirar la pasta base. Además, fueron detenidas 7 personas, entre los que se encuentran Juan Antonio Romero, El Viejo o Cocinero; Jorge Alberto Selerpe, El negro, y Marcelo Sesia.
Droga en números. La droga que producían estas cocinas era de máxima pureza. Es decir, no era rebajada con otras sustancias (bicarbonato, talco, aspirina o la pintura blanca que recubre los tubos fluorescentes), algo que se hace para lograr las dosis que venden los dealers barriales. Aunque sí usaban como sustancias de corte la lidocaína y la cafeína que no alteran la apariencia de la droga.
Cada kilo de cocaína puede estirarse a otros 3, lo que lleva la producción de las cocinas desmanteladas a unos 150 kilos de droga mensuales puestos en las calles. En pocas palabras 150 mil dosis que según la calidad se compran entre 25 y 30 pesos.
Claro que esos números indican la realidad de Rosario. Porque en Bruselas (Bélgica), el gramo de cocaína está valuado en unos 50 euros.
Narcos y cocinas. Según se desprende de la investigación encabezada por el juez federal Marcelo Bailaque y que los agentes de la ex Drogas Peligrosas comenzaron en enero, las cocinas estaban relacionadas entre sí. La ubicada en San Lorenzo al 8500, bajo la conducción de El viejo Romero; y la de Fragata Sarmiento al 3300, tutelada por El negro Selerpe. El nexo entre ambos era Marcelo Sesia, "el más pensante" del grupo.
"La idea de esta gente era exportar la droga a Europa. Por eso descartaban el paco (residuo que queda tras procesar la pasta base). Lo tiraban porque no querían tener problemas. (ver aparte). Y para exportar la mercancía necesitaban a Sesia, que es el que tiene los contactos", confió un vocero.
A pesar de sus 35 años, Sesia es un viejo conocido de los pesquisas de Drogas Peligrosas. En junio de 2003 cayó detenido junto a El Viejo Romero en el operativo Rally II. Entre sus antecedentes también figuran los cuatro años de condena que purgó en la ciudad de San Pablo al ser detenido con cocaína en el aeropuerto de Guarulhos.
Pesados en Tablada. Juan Alberto Romero es otro conocido de la crónica policial. Es hermano de Sergio Luis Romero, el hombre de 42 años muerto el 22 de junio de 2004 tras una agonía de tres semanas, después de recibir un balazo en la cadera. Ese homicidio, ocurrido en Necochea al 3800, hizo salir a la luz la pelea entre bandas que asola las calles de barrio Tablada. Romero y sus hermanos estaban enfrentados con la banda que encabezaba el ahora fallecido Guillermo Torombolo Pérez.
Jorge El negro Selerpe es el que completa el trío de detenidos. Este hombre es parte de la segunda generación de un clan siempre mencionado por fuentes policiales a la hora de hablar de drogas en barrio Tablada. En octubre pasado los pesquisas allanaron una casa de pasaje Villar al 100 y secuestraron 80 bochitas de cocaína preparadas para su venta. Allí detuvieron al padre de Jorge y a una de sus hermanas. Otro de sus hermanos, Mingo, es reconocido como uno de los narcos que pisan fuerte en el barrio. Pero las fuentes aseguran que Jorge no participa con esa rama del negocio familiar. "No vende al menudeo", indicaron.
El primer antecedente que tiene registrado El negro por infracción a la ley de estupefacientes es de 1995. También en pasaje Villar al 100 le secuestraron varios gramos de cocaína, dos granadas de mano y una escopeta calibre 12.70.
Los viejos pesquisas recordaron su disputa con Ramón Campito Giglione, quien hoy purga 10 años de prisión por narcotráfico. En 2002 El negro recibió varios disparos en Doctor Riva y Chacabuco y se salvó por milagro. En diciembre de ese año, como respuesta, Campito fue atacado a escopetazos dos veces en 48 horas. Se dijo entonces que los balazos eran parte de una pelea entre distribuidores en Tablada. Otro de los mencionados al hablar de Selerpe es Sergio Colorado Arriola, ex hombre fuerte en la venta de droga en barrio Las Flores caído en desgracia en septiembre de 2002 cuando transportaba 62 kilos de marihuana y hoy condenado en el penal de Ezeiza.
Cocina
Tanto en el diccionario narco como en el argot policial se reconoce con el nombre de "cocina" al lugar donde se lleva a cabo la última fase del proceso de elaboración de la cocaína, es decir, la transformación mediante el estiramiento con precursores químicos de la pasta base en cocaína de buena pureza.
Por Leo Graciarena / La Capital
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