25 julio 2020

Pudo llegar a triunfar en el fútbol y terminó asesinado de un balazo en su casa

Cristian David Pérez llegó a jugar en la 3ª de Boca pero el barrio y las mujeres pudieron más. La madrugada de ayer un tiro le quitó la vida.

La noticia corrió rápido por las calles del barrio Las Flores durante la madrugada de ayer: mataron a "Chicha". Y a medida que los vecinos se enteraban surgían los recuerdos: "Ese pibe era un crack. Cuando venía al barrio la gente iba a verlo jugar", contó un vecino consternado ayer a la mañana. "Chicha" se llamaba Cristian David Pérez, tenía 31 años y fue jugador de las inferiores de Boca Juniors, desde donde se fue a probar suerte a Europa. Pasada la medianoche de ayer lo asesinaron de un balazo cuando miraba televisión junto a su abuelo en su casa de Rosa Silvestre al 2000, en el corazón de Las Flores.
La historia de "Chicha" es la de un potencial crack de fútbol al que se lo devoraron los vicios, la juntada y las mujeres. "Mi hijo era muy, muy mujeriego. Yo le decía que dejara a esa chica con la que andaba, que le iba a traer problemas por la mafia que la rodea. Pero no me hizo caso. Y ahí lo tenés, ahora está muerto", explicó Susana, la madre de Cristian, mientras mostraba las fotos de su hijo junto a figuras del fútbol argentino que hoy son estrellas en Europa, como Ever Banega o el propio Lionel Messi.
Una mujer en el medio
Alrededor de la 0.20 de ayer "Chicha" Pérez estaba sentado en la punta de la mesa del comedor de su humilde casa de la zona sur de la ciudad. Alguien lo llamó desde afuera y cuando él respondió dispararon contra la puerta de chapón sin esperar que salga. Una docena de impactos perforaron la abertura, nueve de ellos concentrados en el tamaño del puño de una mano, a la altura del picaporte.
En la mesa donde estaba sentado Pérez quedaron los roces de las balas que levantaron el mantel. Dos de esos plomos impactaron en la heladera de la casa y otro alcanzó a la víctima en la axila y lo mató. A la hora de pensar por qué ocurrió el crimen, la familia de "Chicha" piensa que está ligado a una mujer y que alguien entregó al hombre para que lo asesinaran.
"Estaban «Chicha» y su abuelo sentados a la mesa. Mi hijo estaba en la punta, frente a la puerta. Alguien pasó y le gritó por su apodo. Mi hijo, sin levantarse, respondió: «¿Quién pregunta?». Y ahí dispararon contra la puerta, perforaron a balazos el chapón y uno de los disparos lo mató. Minutos antes se había ido Bárbara (la mujer de la discordia) que había estado en la casa todo el día. Ella vive a la vuelta, por Heliotropo a la misma altura. Nos contó que cuando llegó a su casa escuchó los balazos. Ella sabe quién fue", dijo segura Susana.
Carrera trunca
"Cuando «Chicha» jugaba la gente iba a verlo, era un crack, un delantero goleador, un lujo", relató un vecino del barrio que lo vio gambetear en los potreros del barrio Las Flores. Hijo de una familia pobre y trabajadora, "Chicha" apuntó de pequeño como el jugador de fútbol que sacaría de la pobreza a los suyos.
Cuando jugaba en las divisiones infantiles los vecinos se quedaban hasta el último partido para verlo jugar. En la Asociación Rosario jugó para Oriental y Alianza. De ahí se fue a Boca Juniors con Ever Banega, el volante que triunfó en el equipo xeneize en 2007 dirigido por Miguel Angel Russo, llegó a la selección nacional y hoy juega en el Sevilla de España. Cuando "Chicha" alternaba sus primeros partidos en la reserva boquense se fue a Europa a probar suerte en España e Italia, incluso llegó a probarse en el club Lazio, en Roma. Pero a "Chicha" le tiraban el barrio, los vicios y las mujeres. "Era de esos pibes que cuando no estaba jugando andaba por el barrio y hacía un desastre con las minas", recordó una vecina.
Hace nueve años, en vacaciones de temporada europea, "Chicha" volvió al barrio como siempre y se trenzó en un áspero picado en una de las canchitas. Esa tarde se rompió los ligamentos cruzados de una rodilla y nunca se recuperó. No volvió a ser el pibe de proyección internacional que todos pensaban y se fue a jugar a los torneos que se hacen en el campo, donde con la rodilla en malas condiciones seguía despertando admiración.
Pero para ganarse el mango "Chicha" tomó el oficio que la familia tiene desde hace años y empezó a trabajar como paquetero. "Toda la inteligencia que tenía para jugar no la tenía en su cabeza. Nunca volvió a buscar club, se hizo paquetero y ahí vino la junta, el vino con los amigos en la plaza y las mujeres", contó Susana. Cada vez que la mujer remarca que su hijo era "mujeriego", la madre de uno de los hijos de "Chicha" solloza. Es que el hombre tenía cinco hijos de entre 3 y 14 años, "todos de mujeres diferentes" remarcó Susana.
Según relató la mujer, desde hace un mes "Chicha" deambulaba entre la separación con la madre de su hijo de 3 años y Bárbara, la vecina que vive a la vuelta. "Es una piba que esta rodeada de mafia", la describió Susana. Vecinos del lugar confiaron que la muchacha tiene a su ex pareja preso en una causa por drogas y que era pretendida por un transero del barrio apodado "Walo". "Ella sabe quién mató a mi hijo", dijo Susana.
Se fue y lo mataron
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir buena parte del jueves Bárbara estuvo en la casa de "Chicha", en un pasillo abierto que da a dos viviendas contiguas. "Ellos andaban de acá para allá a la vista de todos. Nadie ocultaba nada. Cuando él se peleaba con la mujer (la madre de su hijo de 3 años) se iba con Bárbara. Y si no al revés. Así funcionaban", contó Susana.
Minutos antes de la 0.20 Bárbara se fue para su casa y "Chicha" quedó sentado en la cabecera de la mesa frente a la puerta de ingreso, mirando la tele con su abuelo. Entonces un hombre entró al pasillo y llamó a "Chicha". Del otro lado de la puerta de chapón Pérez respondió. Y tras ello el tirador usó el postigo de la puerta como mirilla y disparó una ráfaga de diez tiros. Uno de esos plomos impactó a Pérez en una axila y a pesar de que un fletero lo llevó al Hospital Roque Sáenz Peña nada pudieron hacer por él.
Y así Susana contó su mala fortuna mientras exhibía las fotos de su hijo con Lionel Messi, en la que se ve al jugador de Barcelona con una sonrisa de amigo de barrio, o con Ever Banega, con quien se fue a Boca. Un espejo en el que "Chicha" no se pudo reflejar. "Siempre lo cargaba a mi hijo. Le decía que no me quiso sacar de la pobreza, que yo que me quería operar toda", confió Susana. La madre de un crack al que se lo comió el barrio.

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Carlos