El Observatorio de Convivencia y Seguridad municipal analizó las razones por las cuales se dispararon los indicadores de inseguridad. Según la OMS, a partir de los 10 hay brote epidémico.
Rosario padece una “epidemia” por el crecimiento en la cantidad de homicidios. Así lo reconoce la propia Municipalidad en un informe sobre violencia y seguridad respecto a 2013, ya que el año pasado la tasa de asesinatos de la ciudad fue de 22,8 por cada 100 mil habitantes. Y según la Organización Mundial de la Salud, a partir de los 10 homicidios cada 100 mil habitantes un distrito entra en la etapa epidémica. Además, el mapeo del delito demuestra la fuerte vinculación entre exclusión, heridos y víctimas fatales de hechos violentos en zonas vulnerables de los distritos Sur, Sudoeste, Oeste y, en menor medida, Noroeste.
Los datos están contemplados en el Informe Técnico 2013 del Observatorio de Convivencia y Seguridad que depende de la Secretaría de Control municipal. Parte de los indicadores la intendenta Mónica Fein los adelantó el 6 de marzo pasado cuando abrió las sesiones ordinarias del Concejo.
El informe, elaborado por la politóloga Natalia Galano, directora general de Planificación y Evaluación de la Intendencia, comienza señalando que “la recurrencia de homicidios colocan a Rosario y la región en niveles de epidemia, de acuerdo a la OMS”.
Según la Real Academia Española, una epidemia “es una enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país, afectando simultáneamente a gran número de personas”.
El año pasado, la tasa de homicidios fue de 22,8 por cada 100 mil habitantes en la ciudad y de 21,7 en todo el departamento Rosario, controlado por la Unidad Regional ll de policía.
La evolución de la curva de homicidios en Rosario y en la URII durante la última década (2003-2013) muestra un comportamiento estable hasta 2011, año en que se produce un incremento que se replica, aunque en una proporción menor, en los años siguientes.
Por zonas. El relevamiento también detectó una fuerte concentración de casos de violencia armada en poblaciones vulnerables. Los mapas sitúan el lugar de ocurrencia de los hechos (heridos y fallecidos) en el territorio caracterizado según índice de carencia por necesidades básicas insatisfechas (NBI), de acuerdo a la canasta alimentaria.
Por zonas. El relevamiento también detectó una fuerte concentración de casos de violencia armada en poblaciones vulnerables. Los mapas sitúan el lugar de ocurrencia de los hechos (heridos y fallecidos) en el territorio caracterizado según índice de carencia por necesidades básicas insatisfechas (NBI), de acuerdo a la canasta alimentaria.
Al analizar la geo-referencia de los fallecidos y heridos por arma de fuego en Rosario durante 2013, se observa el carácter fuertemente territorializado de la violencia.
En ese sentido, el informe destaca que hay una fuerte concentración de situaciones en el cordón interno de la ciudad, conformando una franja continua que abarca los distritos Sur, Sudoeste, Oeste y, en menor medida, Noroeste.
En el resto del territorio de la ciudad hay casos aislados y esparcidos sin dar cuenta de entramados consolidados de violencia territorialmente estructurada.
“La tasa de homicidios no se distribuye homogéneamente en todo el territorio de la ciudad, la fragmentación también se expresa en la desigual distribución socio-territorial de la violencia, en este caso armada”, destacó Galano.
“El lugar donde se nace y se vive —continuó—expresa disímiles oportunidades. Hay territorios en los que el riesgo de ser víctima de violencia armada se incrementa de modo exponencial, en especial para los varones jóvenes”.
El “carácter territorializado de la violencia, asociado a la noción de entramado social que condiciona el desarrollo individual y colectivo, se aprecia cuando se compara el lugar de ocurrencia del hecho y el lugar de residencia de la víctima de lesiones de arma de fuego”.
Al respecto, casi el 60 por ciento de los rosarinos víctimas de violencia armada (heridos y fallecidos) nace, vive y muere en un radio de 1.000 metros.
Asimismo, el análisis de las personas fallecidas durante 2013 muestra la débil relación con instituciones clásicas de inclusión e integración social, como el trabajo y la educación formal.
De acuerdo a registros oficiales, el 85,5 por ciento de las víctimas de homicidio no había concluido los estudios secundarios y el 50,9 por ciento no tenia trabajo formal al momento de su deceso.
Por otro lado, el municipio detectó una altísima incidencia de situaciones que se ajustan a la modalidad “ajuste de cuentas”.
Por otro lado, el municipio detectó una altísima incidencia de situaciones que se ajustan a la modalidad “ajuste de cuentas”.
“Es la circularidad de las broncas, la violencia se responde con violencia. Un herido de arma de fuego, una muerte por arma de fuego que acontece en estos territorios complejos, previsiblemente, ocasionará nuevos heridos y muertos por armas de fuego en el territorio”, razonó Galano.
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