Lo asesinaron de cuatro puñaladas

Lo asesinaron de cuatro puñaladas en el abdomen en barrio La Lagunita

Miguel Angel Canteros tenía 25 años y vivía en una humilde vivienda de La Lagunita, el asentamiento levantado sobre terrenos anegables en el extremo sudoeste de la ciudad.

Miguel Angel Canteros tenía 25 años y vivía en una humilde vivienda de La Lagunita, el asentamiento levantado sobre terrenos anegables en el extremo sudoeste de la ciudad. Al filo de la medianoche del viernes, el muchacho mantuvo una reyerta con otro hombre en Calle 1818 al 3800 (la prolongación de calle Perú al sur de bulevar Seguí) y en el fragor de la pelea recibió cuatro certeros puntazos en el abdomen. Si bien los vecinos llamaron a la policía y un móvil llegó poco más tarde en su auxilio, la víctima murió en el quirófano del Hospital de Emergencias. En tanto al mediodía de ayer, efectivos de la sección Homicidios de la policía rosarina detuvieron en Tarragona al 1400 bis, en la zona noroeste de la ciudad, a un hombre de 41 años que es tío de la pareja de la víctima y quedó imputado como el principal sospechoso del asesinato. Le secuestraron una sevillana.

La Lagunita es un barrio áspero. Quizás más privado de servicios y atención que sus barrios vecinos: Manantial, donde el domingo 20 de enero pasado fueron asesinadas a mazazos Laura Marisol López, de 27 años, y su hija Mía Valenzuela, de 4; Bolatti y Toba, donde este año ya se registraron al menos dos crímenes.

En La Lagunita funciona, según relataron sus vecinos, un quiosco de venta de drogas. Está en Perú al 3700 y fue derrumbado en julio pasado, aunque poco después volvió a funcionar. En ese barrio vivía Miguel Angel Canteros, sin ningún tipo de parentesco con los sindicados líderes de la banda de Los Monos de la zona sur, quien tenía prontuario abierto y un hijo de 3 años. El hombre vivía en las inmediaciones de Calle 1818 y bulevar Seguí con su concubina y su pequeño hijo.

Vieja pelea. En principio el crimen de Canteros se presentaba como oscuro. La versión inicial de fuentes allegadas a la pesquisa, en manos del juez de Instrucción Javier Beltramone, fue que el hombre se había desplazado a dos cuadras de su casa para visitar a su suegra, que vive en Calle 1818 al 3800, quien estaba por viajar. Poco después de la medianoche, Canteros salió de ese lugar para dirigirse a su casa en bicicleta, pero nunca llegó. A la 0.35 un vecino se acercó a su casa y le dijo a su concubina que Canteros agonizaba en la calle. A partir de la muerte del muchacho, los efectivos de Homicidios comenzaron a trabajar el caso y sobre el mediodía lograron una declaración clave que comenzó a echar luz sobre la investigación.

El testimonio referenciaba que Canteros tenía un viejo rencor con un tío de su concubina a partir del litigio por un terreno que sería de la mujer y las chapas con las que edificaban una vivienda rudimentaria. El tío de la mujer fue identificado como Ramón Edgardo G., un hombre de 41 años que vive en los confines de los barrios Fisherton noroeste, Emaús y la villa La Bombacha.

Cuando Canteros emprendió el regreso a su casa se cruzó en las calles de La Lagunita con el tío de su concubina. Al cruzarse discutieron, se insultaron y se agredieron. A partir de ese momento hay dos versiones con el mismo final. Una dice que los hombres se trenzaron en lucha y que Ramón Edgardo G. definió el pleito con cuatro certeros puntazos en la panza de Canteros. La otra, es que Canteros iba acompañado por otros dos hombres y al ver al tío de su pareja lo quiso intimidar con un arma de fuego. Es más, le gatilló tres veces y las balas no salieron. Acto seguido, Ramón G. lo apuñaló y Canteros murió en el Hospital de Emergencias. El detenido será indagado el miércoles por el juez Beltramone.