El subjefe de la policía provincial se hizo cargo de la Unidad Regional II
El comisario general Raúl Ardiles cumple desde ayer ambas tareas. El gobierno niega que se trate de una suerte de intervención a la UR II. "En Rosario es preocupante", admitió el nuevo jefe.
En un acto que duró menos de diez minutos el subjefe de la policía de Santa Fe, comisario general Raúl Antonio Ardiles, asumió ayer por la mañana como jefe de la Unidad Regional II. "Entiendo que la situación en Rosario es preocupante. Decir otra cosa no sería correcto". Ardiles asumió como subjefe de la santafesina hace tres semanas e inmediatamente se instaló en Rosario, primero para relevar la licencia por vacaciones del ahora ex jefe de la URII Walter Miranda, y posteriormente para quedar a cargo de la policía rosarina. "Esto no es una intervención a la UR II. Es un nombramiento a un cargo, por parte del subjefe de provincia, que ya registra antecedentes en la provincia de Santa Fe", explicó Matías Drivet, secretario de Seguridad provincial, y agregó que el flamante titular de la policía rosarina "desarrollará ambas tareas y no hay un plazo previsto para que eso se modifique".
En tanto, asumió como subjefe de la UR II el comisario mayor Luis Omar Bruschi, hasta ayer titular de la UR XVIII del departamento San Martín con asiento en Sastre y con paso previo por el Departamento Logística D4 en Santa Fe.
Por su parte, Walter Miranda asumió ayer a las 9.30 como titular de la UR XVII de San Lorenzo. Y Hernán Brest, quien fuera su segundo en Rosario, quedó a la espera de destino.
En las próximas horas la flamante cúpula de la UR II deberá nombrar nuevos jefes para las vacantes que se generaron por el pase a retiro de comisarios con 30 años de servicio y por los nombramientos de rosarinos en otras unidades regionales.
Por ejemplo, habrá que designar a un jefe de la Agrupación Cuerpos, de la que entre otras depende el Comando Radioeléctrico, y también jefe y subjefe de Unidades Especiales, donde están las brigadas de Investigaciones y de Homicidios.
El octavo. Santafesino de 49 años, Ardiles es abogado y pertenece a la promoción 83/84 de la policía santafesina. Antes de asumir el 4 de febrero pasado como subjefe provincial secundando a Omar Odriozola, fue primero subjefe y luego jefe de la UR VII de Garay, cuya cabecera es la localidad de Helvecia.
Ayer se transformó en el octavo jefe de la UR II desde que Hermes Binner asumiera el 11 de diciembre de 2007 como gobernador. Desde entonces, por ese despacho pasaron los comisarios Ricardo Ruiz (nombrado en la gestión de Jorge Obeid), Osvaldo Toledo, Oscar Barei, Marcelo Casajus, Cristian Sola, Néstor Arizmendi y Walter Miranda. De estos siete, Toledo y Sola llegaron a ser jefes de la policía santafesina.
La asunción fue rápida. Ardiles y Bruschi dieron el sí ante el director general de la policía santafesina, Omar Odriozola, y ante el secretario Drivet, quien en su discurso les dijo: "Es un desafio muy grande, en una unidad regional muy compleja y en una situación muy critica".
Difícil. Poco antes de las 8 de la mañana de ayer, en las calles internas de la Jefatura de Ovidio Lagos al 5200, los únicos que sonreían eran los uniformados que mañana cumplen 30 años de servicio y pasan a retiro. Quizás alguna tenue sonrisa podía advertirse en el rostro de Walter Miranda, quien cambiaba de destino tras comandar durante 11 meses la policía rosarina, pero en general los demás oficiales se veían tensos.
Es que lo que alguna vez fue una meta para la carrera de los policías rosarinos hoy ya no parece un anhelo. La sensación que flotaba es que Rosario hoy es un fierro caliente difícil de aceptar. Otro golpe de realidad es que mañana pasan a retiro más de cien comisarios en toda la provincia, lo que impone a las flamantes cúpulas el nombramiento de nuevos jefes.
Todo esto en el marco de una profunda reforma que terminará con la estructura vertical de 19 unidades regionales (una por cada departamento santafesino) y pasará a organizarse en cinco nodos o regiones. Así, por ejemplo, la Jefatura policial con sede en Rosario tendrá bajo su tutela la de Iriondo, San Lorenzo, Belgrano y parte de los departamentos San Martín, Constitución, Caseros y San Jerónimo.
Ultimos. “El desafío es que los actuales jefes y subjefes, tanto de provincia como de las unidades regionales, sean los últimos de la actual estructura. Esto tiene que ver con la reforma estructural. Rosario no será el primer lugar donde se realicen los cambios, por la complejidad que tiene el departamento, aunque la gestión de Ardiles no tiene plazo de finalización”, explicó al respecto Drivet.
El lunes a la tarde el ministro de Seguridad Raúl Lamberto —ausente ayer en la asunción de Ardiles— le puso nombres propios a los cambios que se veían venir antes del fin de semana pasado. El ministro inscribió los cambios en el marco de “la policía de proximidad” y, por ello, “la mayoría de los jefes y subjefes designados fueron destinados a sus propias unidades regionales”.
“Apostamos no sólo a un cambio operativo y transformador de las fuerzas policiales, sino también a una policía vinculada con las realidades locales, con conocimiento de sus unidades regionales”, había dicho el ministro. Por eso la designación de Ardiles fue tomada por algunos sectores como “una intervención sui generis”. A ese análisis se le sumó que ni él ni Bruschi —con residencia en Pueblo Ester— tuvieron en los últimos tiempos destino en Rosario.
“Esto no es una intervención”, dijo Ardiles en sintonía con Drivet. “Estuve trabajando con los comisarios Miranda y Brest, que me atendieron muy bien, no tuve problemas para meterme en cualquier lado. Donde hubo que hacerlo, lo hice y lo seguiré haciendo”, explicó el flamante jefe de la rosarina quien, se estima, estará en Rosario al menos por 90 días aunque, formalmente, su gestión “no tiene plazo de vencimiento”, según remarcó Drivet.
“Todo el respaldo”
“Quiero decirle al policía de calle que tiene todo el respaldo del Ministerio en tanto cumpla con sus deberes. No nos temblará el pulso para respaldar al que cumpla ni para castigar al que no lo haga”, dijo Drivet.
En un acto que duró menos de diez minutos el subjefe de la policía de Santa Fe, comisario general Raúl Antonio Ardiles, asumió ayer por la mañana como jefe de la Unidad Regional II. "Entiendo que la situación en Rosario es preocupante. Decir otra cosa no sería correcto". Ardiles asumió como subjefe de la santafesina hace tres semanas e inmediatamente se instaló en Rosario, primero para relevar la licencia por vacaciones del ahora ex jefe de la URII Walter Miranda, y posteriormente para quedar a cargo de la policía rosarina. "Esto no es una intervención a la UR II. Es un nombramiento a un cargo, por parte del subjefe de provincia, que ya registra antecedentes en la provincia de Santa Fe", explicó Matías Drivet, secretario de Seguridad provincial, y agregó que el flamante titular de la policía rosarina "desarrollará ambas tareas y no hay un plazo previsto para que eso se modifique".
En tanto, asumió como subjefe de la UR II el comisario mayor Luis Omar Bruschi, hasta ayer titular de la UR XVIII del departamento San Martín con asiento en Sastre y con paso previo por el Departamento Logística D4 en Santa Fe.
Por su parte, Walter Miranda asumió ayer a las 9.30 como titular de la UR XVII de San Lorenzo. Y Hernán Brest, quien fuera su segundo en Rosario, quedó a la espera de destino.
En las próximas horas la flamante cúpula de la UR II deberá nombrar nuevos jefes para las vacantes que se generaron por el pase a retiro de comisarios con 30 años de servicio y por los nombramientos de rosarinos en otras unidades regionales.
Por ejemplo, habrá que designar a un jefe de la Agrupación Cuerpos, de la que entre otras depende el Comando Radioeléctrico, y también jefe y subjefe de Unidades Especiales, donde están las brigadas de Investigaciones y de Homicidios.
El octavo. Santafesino de 49 años, Ardiles es abogado y pertenece a la promoción 83/84 de la policía santafesina. Antes de asumir el 4 de febrero pasado como subjefe provincial secundando a Omar Odriozola, fue primero subjefe y luego jefe de la UR VII de Garay, cuya cabecera es la localidad de Helvecia.
Ayer se transformó en el octavo jefe de la UR II desde que Hermes Binner asumiera el 11 de diciembre de 2007 como gobernador. Desde entonces, por ese despacho pasaron los comisarios Ricardo Ruiz (nombrado en la gestión de Jorge Obeid), Osvaldo Toledo, Oscar Barei, Marcelo Casajus, Cristian Sola, Néstor Arizmendi y Walter Miranda. De estos siete, Toledo y Sola llegaron a ser jefes de la policía santafesina.
La asunción fue rápida. Ardiles y Bruschi dieron el sí ante el director general de la policía santafesina, Omar Odriozola, y ante el secretario Drivet, quien en su discurso les dijo: "Es un desafio muy grande, en una unidad regional muy compleja y en una situación muy critica".
Difícil. Poco antes de las 8 de la mañana de ayer, en las calles internas de la Jefatura de Ovidio Lagos al 5200, los únicos que sonreían eran los uniformados que mañana cumplen 30 años de servicio y pasan a retiro. Quizás alguna tenue sonrisa podía advertirse en el rostro de Walter Miranda, quien cambiaba de destino tras comandar durante 11 meses la policía rosarina, pero en general los demás oficiales se veían tensos.
Es que lo que alguna vez fue una meta para la carrera de los policías rosarinos hoy ya no parece un anhelo. La sensación que flotaba es que Rosario hoy es un fierro caliente difícil de aceptar. Otro golpe de realidad es que mañana pasan a retiro más de cien comisarios en toda la provincia, lo que impone a las flamantes cúpulas el nombramiento de nuevos jefes.
Todo esto en el marco de una profunda reforma que terminará con la estructura vertical de 19 unidades regionales (una por cada departamento santafesino) y pasará a organizarse en cinco nodos o regiones. Así, por ejemplo, la Jefatura policial con sede en Rosario tendrá bajo su tutela la de Iriondo, San Lorenzo, Belgrano y parte de los departamentos San Martín, Constitución, Caseros y San Jerónimo.
Ultimos. “El desafío es que los actuales jefes y subjefes, tanto de provincia como de las unidades regionales, sean los últimos de la actual estructura. Esto tiene que ver con la reforma estructural. Rosario no será el primer lugar donde se realicen los cambios, por la complejidad que tiene el departamento, aunque la gestión de Ardiles no tiene plazo de finalización”, explicó al respecto Drivet.
El lunes a la tarde el ministro de Seguridad Raúl Lamberto —ausente ayer en la asunción de Ardiles— le puso nombres propios a los cambios que se veían venir antes del fin de semana pasado. El ministro inscribió los cambios en el marco de “la policía de proximidad” y, por ello, “la mayoría de los jefes y subjefes designados fueron destinados a sus propias unidades regionales”.
“Apostamos no sólo a un cambio operativo y transformador de las fuerzas policiales, sino también a una policía vinculada con las realidades locales, con conocimiento de sus unidades regionales”, había dicho el ministro. Por eso la designación de Ardiles fue tomada por algunos sectores como “una intervención sui generis”. A ese análisis se le sumó que ni él ni Bruschi —con residencia en Pueblo Ester— tuvieron en los últimos tiempos destino en Rosario.
“Esto no es una intervención”, dijo Ardiles en sintonía con Drivet. “Estuve trabajando con los comisarios Miranda y Brest, que me atendieron muy bien, no tuve problemas para meterme en cualquier lado. Donde hubo que hacerlo, lo hice y lo seguiré haciendo”, explicó el flamante jefe de la rosarina quien, se estima, estará en Rosario al menos por 90 días aunque, formalmente, su gestión “no tiene plazo de vencimiento”, según remarcó Drivet.
“Todo el respaldo”
“Quiero decirle al policía de calle que tiene todo el respaldo del Ministerio en tanto cumpla con sus deberes. No nos temblará el pulso para respaldar al que cumpla ni para castigar al que no lo haga”, dijo Drivet.
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