Estaba detenido desde marzo pasado, cuando cayó en Funes con 55 kilos de marihuana. Los apresados son dos agentes y un comisario al que le encontraron $ 5 mil en un bolsillo.
Carlos Manuel Fiordellino, un reconocido maleante que había sido apresado en marzo pasado en Funes con 55 kilos de marihuana, se escapó el domingo de la alcaidía de la Jefatura sin tener la necesidad de limar barrotes, romper candados o violentar aberturas. Sólo algunos billetes habrían convencido a los uniformados que estaban de guardia en el penal para que lo acompañen hasta la puerta sin darse cuenta de que todos esos movimientos quedaban registrados en el sistema de filmación interna del lugar. Por el escandaloso hecho fueron detenidos un comisario y dos agentes que fueron pasados a disponibilidad y quedaron a disposición de la Justicia.
Fiordellino estaba alojado en el pabellón 3 de la alcaidía, cuyo ingreso principal se encuentra sobre avenida Francia al 5200. A última hora del domingo, en un control rutinario, la guardia del penal notó su ausencia e inmediatamente avisó a la superioridad. “Nosotros nos enteramos cerca de medianoche e inmediatamente se dispuso que actúe la División Judiciales y la Dirección Provincial de Asuntos Internos para que se deslinden las responsabilidades del caso”, dijo a este diario Facundo Paschetto, secretario de Control de las Fuerzas de Seguridad.
Con compañía. El funcionario confirmó que la fuga se conoció a las 12 de la noche del domingo y que en la primera requisa al lugar se comprobó que “no hay nada roto, ni daño material alguno que permita creer que hubo una evasión violenta”. En ese sentido, explicó que “el detenido salió por la puerta y acompañado por un policía”.
Al respecto, fuentes de la investigación dejaron trascender a La Capital que uno de los tres policías detenidos por la insólita evasión “tenía 5 mil pesos en efectivo en sus bolsillos”, lo que habría sido el pago o parte del mismo, realizado por Fiordellino para lograr la libertad.
En cuanto a los policías detenidos, sus identidades no trascendieron. Sólo se dijo que se trataba de un comisario y dos agentes de guardia en la alcaidía al momento de detectarse la fuga. “Desde la Secretaría a mi cargo se tomaron los recaudos correspondientes a la investigación administrativa, mientras que el juez Correccional en turno dispuso otras medidas que ya han permitido echar luz sobre lo sucedido”, dijo Paschetto. Y, aclaró, que “se han recolectado elementos que son materia de investigación pero que tienen suficiente peso para atribuirle responsabilidad a los policías detenidos”.
La caída. Carlos Manuel Fiordellino había sido apresado el 25 de marzo por agentes de la Dirección de Control y Prevención de Adicciones (ex Drogas Peligrosas) tras una persecución en la que no faltaron balazos y que tuvo como escenario las calles de Funes. Los pesquisas seguían los pasos del reconocido maleante desde que sus pares de la ciudad bonaerense de Junín les advirtieran de sus vínculos con el narcotráfico.
Es que 20 días antes, la esposa de Fiordellino se había comunicado con la policía de Junín, donde residían desde mediados de 2010, y lo denunció por maltratos. Cuando los efectivos llegaron a la vivienda, el acusado ya se había marchado, pero la mujer declaró que le había pegado y amenazado de muerte. Tras ello señaló a los uniformados los lugares donde su marido acumulaba panes de marihuana que pesaron 227 kilos.
Tras ello, la policía bonaerense pidió colaboración a sus pares santafesinos para dar con el paradero de Fiordellino y aquí los agentes antinarcóticos empezaron a controlarle los pasos. Así llegaron hasta una casa de Mosconi al 1900, en Funes, desde donde empezaron a seguir un Renault Megane con dos hombres que habían cargado varios bultos. La persecución se extendió hasta ruta 9 y Elorza, donde uno de los ocupantes del auto bajó y fue apresado. Era Fiordellino.
La persecución siguió por distintas calles de Funes hasta que pudieron detener la marcha del Renault Megane y apresar a su conductor. Se trata de Claudio Antonio Belinatto, de 46 años, quien en 2002 había protagonizado una serie de estafas y una cinematográfica fuga de la alcaidía de la vieja Jefatura.Al requisar el auto, los policías hallaron 55 panes de marihuana que pertenecían a la misma partida secuestrada en la casa de Fiordellino en Junín, una pistola calibre 3.80 y seis celulares.
Una larga historia. La historia del prófugo tiene al menos otros tres antecedentes pesados. El 3 de agosto de 2001 un muchacho de 20 años y empleado de una fábrica de refrigeradores de Echesortu fue secuestrado, golpeado sin piedad y sometido a un simulacro de fusilamiento por parte de dos hombres. Según la investigación, eso ocurrió después de que los dueños de la firma lo acusaran de robar 1.200 pesos. Sin embargo, el joven dijo que el motivo del hecho fue el descubrimiento de drogas dentro de un auto de la firma. Y sostuvo que sus secuestradores habían sido Fiordellino y otro fletero de la fábrica.
El 24 de marzo de 2004, en tanto, Fiordellino resultó herido de bala en un tiroteo con policías que lo perseguían tras el intento de asalto a una distribuidora láctea de Granadero Baigorria. En aquel hecho, dos compañeros de ahora prófugo murieron por balas oficiales: el cordobés César Ariel García y el conductor del auto en el que iban, Fabio Lunardelli, un rosarino de 37 años sin antecedentes penales cuya familia siempre sostuvo que era un remisero que llevó a los otros dos sin saber que iban a robar.
Finalmente, el 14 de mayo del año pasado Fiordellino fue acusado de disparar a mansalva contra el policía Hernán V., de 27 años, quien cumplía funciones en la seccional 16ª y salvó su vida milagrosamente cuando conducía su auto y en Ocampo al 3800 fue emboscado por un Chevrolet Corsa en el que iban tres jóvenes. Para los investigadores, el que disparó fue Fiordellino y lo hizo por motivos pasionales.
Un lugar con fácil salida
La alcaidía de la Unidad Regional II, ubicada en los fondos de Jefatura, es uno de los lugares más custodiados de la ciudad. Sin embargo, algo falla sistemáticamente en ese presidio y en los últimos años se han producido al menos tres evasiones resonantes.
- 28/2/2010: 17 reclusos del pabellón 3 redujeron a un agente de Economato que llegaba con las raciones de comida y lo usaron como escudo para avanzar hasta la guardia, donde robaron dos escopetas. Tras un tiroteo en el que un agente resultó herido llegaron a la puerta, subieron a la camioneta de Economato y huyeron. Por el hecho fueron imputados y pasados a disponibilidad siete uniformados.
- 7/2/2010: un joven de 26 años se escapó escondido en un contenedor de residuos sin que ninguno de los policías de la guardia lo advirtiera. Por el hecho pasaron a disponibilidad a cuatro policías.
- 20/6/2009: siete reclusos limaron barrotes de la jaula que rodea el pabellón B y accedieron a un pasillo perimetral interno. Tras ello rompieron otros dos barrotes, salieron al patio y treparon las paredes para ganar la calle. Tres de los evadidos fueron recapturados en inmediaciones del presidio, pero el resto permaneció varios días prófugo. Las autoridades de la Unidad Regional II pasaron a disponibilidad al personal de guardia.
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