Narcos sorprendidos y asesinados en sus casas
Arturo "Carau" Quevedo cumplía arresto domiciliario la noche del martes 30 de octubre de 2012 cuando un hombre llegó a su casa de Casilda al 1700, en Villa Gobernador Gálvez.
Arturo "Carau" Quevedo cumplía arresto domiciliario la noche del martes 30 de octubre de 2012 cuando un hombre llegó a su casa de Casilda al 1700, en Villa Gobernador Gálvez. "Un tipo en moto preguntó por mi hermano y dijo traer una citación para Tribunales que tenía que darle en mano. Cuando salió, el muchacho lo saludó, fingió que buscaba unos papeles, sacó un arma y lo mató", recordó su hermana sobre el sicario que asesinó de siete tiros al hombre de 58 años.
Con un prontuario de cuatro décadas de delitos de todo tipo, Carau se había volcado al comercio de drogas por lo que también había sido condenado en 2000 a ocho años. También había caído en 2009 sospechado de liderar una organización que elaboraba y vendía droga en Rosario y alrededores. Pero como le habían practicado una cirugía obtuvo una prisión domiciliaria en casa de una hermana.
El juicio oral por esa investigación se realizó este año y, en medio de fuertes cuestionamientos de la Justicia hacia la investigación policial, siete personas recibieron condenas de hasta 6 años por venta de drogas pero fueron absueltas del delito de fabricación. Entre los condenados estuvo quien fuera pareja de Carau, Elba "la Japo" Cuello, madre del Miguel Saboldi (ver aparte).
Selerpe. Domingo Selerpe tenía 52 años y era conocido en La Tablada, donde vivió hasta seis meses antes de ser asesinado el domingo 21 de febrero de 2010. "Mingo" se había mudado a Pueyrredón al 4200 (barrio Itatí Norte) con su mujer Vanesa y una nena de 4 años.
La noche del crimen tres hombres llegaron a la casa de Selerpe en una Yamaha Cripton roja y se metieron sin pedir permiso. Dos eran ex convictos: Abel Argañaraz, de 26 años, y Hugo Aguirre, de 35. Según la pesquisa inicial, éste le colocó un arma en la cabeza a la nena, que asistió al tiroteo posterior. Mingo abrió fuego y Aguirre cayó muerto con un tiro en un ojo. Mientras Vanesa se ponía a salvo con su hija, otro de los intrusos huyó por el patio. Finalmente, Argañaraz terminó tirado en la vereda con dos balas mortales en la espalda y Selerpe recibió cinco tiros que terminaron con su vida antes de llegar al Clemente Alvarez.
Oveja. El viernes 18 de abril de 2008, tras desayunar con su esposa y dos de sus seis hijos, Walter José Lopresti fue hacia un quincho en la parte posterior de su casa de Roldán para sacar la Ford 4x4 que guardaba allí. Allí el "Oveja", de 38 años, fue abordado por tres jóvenes que maniataron y encerraron a su familia en una pieza.
El trío revolvió toda la casa hasta hallar 120 mil pesos que al parecer provenían de la venta de un taxi. Pero lo que parecía un robo fue más allá: aún maniatado, Oveja fue llevado otra vez al quincho donde lo acostaron en el piso y lo mataron de un tiro en la nuca.
Los investigadores inscribieron el hecho como una venganza relacionada con las actividades que le adjudicaban a Lopresti, quien había cumplido condenas por narcotráfico. Por su parte, familiares habían sugerido el robo del dinero como móvil del crimen. Como sea, hasta ahora no se identificaron sospechosos por ese homicidio con marcado acento mafioso.
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